XXVI

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Primero hay luz, blancura incandescente que se proyecta en sus ojos y Lan Wangji debe parpadear un par de veces antes de adaptarse ante el bajo duro sol de Qishan. Es entonces cuando escucha la voz seguido de una risa y el corazón adormecido de Lan Wangji se agita con premura.

Él cree recordar bien esa sonrisa, curiosamente se marcó en su memoria al igual que ese cosquilleo en su estómago cada vez que recuerda los ojos de Wei Wuxian. Cuando mira hacia otro extremo del campo de cacería lo ve y de repente, los colores vuelven a aparecer en su visión.

Una roja túnica de cuello redondo con mangas de aberturas angostas y un cinturón con nueve anillos de oro, los colores característicos del uniforme quienes participan en la Conferencia de Discusión de Qishan. Aunque el uniforme sea hermoso, es la cinta roja que sostiene el cabello en una cola de caballo alta que enaltece aún más las facciones del joven discípulo principal del Clan Yuumeng

En otro mundo, en otro universo, la Conferencia de Discusión oficiada por la secta Wen en Qishan sucedería un año después de que Wei Ying estudiara en Gusu. Sin embargo, en este mundo, en este universo la situación es un poco distinta. Bastó solo un mes para este suceso y Lan Wangji tiene que detenerse un momento para controlar el vértigo de la emoción que hay dentro.

No esperaba que Wei Ying estuviera en esta Conferencia, después de los sucesos en Gusu, pensó que no lo volvería a ver mucho tiempo. Verlo aquí es...

—¿Sucede algo? —Pregunta su hermano mayor y Lan Wangji se niega a responder, solo camina, ocultando estas emociones tan entrañables y caóticas en lo más profundo de su núcleo.

Respira, avanza y prueba su arco.

Sus dedos se curvean, cuando siente la cuerda tensarse.

—¡Hey! ¡Lan Zhan, eres tú! ¡Es tan bueno verte!

La gente los está mirando; unos con sorpresa, otros con descontento. No es nada común que alguien llame a un cultivador tan íntimamente sin su nombre de cortesía. Los demás discípulos de otras no dicen nada, sin embargo, sus miradas son demasiado para generar una energía bastante extraña.

Incluso el rostro de Jiang Wanyin está contorsionado en un ceño bastante profundo, parece querer llamar de vuelta a Wei Ying, pero se detiene a último momento.

A pesar de sus celos inmaduros está claro que quizás Lan Wangji sea capaz de atravesar la armadura que se ha puesto Wei Wuxian desde su regreso del Descanso de las Nubes. Después de todo... Wei Ying no está bien.

Es amable, sigue con esa actitud jovial frente a Jiang Yanli pero Jiang Cheng reconoce que esas sonrisas son una armadura. En el fondo, el muchacho sufre, y todo esto inició desde que Wei Ying habló por última vez con su hermano menor.

Jiang Cheng no sabe los detalles, aunque reconoce que algo pasó.

Lan Wangji, por su parte no encuentra en su corazón que esas miradas le molesten. La presencia de Wei Wuxian hace soportable el escrutinio.

Asiente como respuesta ante el saludo del muchacho.

Wei Wuxian relaja sus hombros, sonriendo.

—Tardé en reconocerte. Nunca te había visto con una vestimenta tan brillante y llamativa.

Lan Wangji escucha y nota rápidamente el leve forcejo que hay en el rostro de Wei Ying al hacer una sonrisa. Aunque la expresión del muchacho parece alegre, sus ojos tienen un triste tinte gris.

La pregunta está atascada en su garganta, ahogándolo. Su silencio parece una incomodidad para Wei Ying ya que el muchacho sonríe, tensando ligeramente sus hombros.

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