Sin descanso el príncipe heredero de XianLe maniobra con exquisita habilidad la espada mientras tiene a un niño en sus brazos. Luo Binghe se queda sin palabras y Wei Ying se aferra a sus hombros mientras parlotea sobre la identidad de ese niño.
—¡Es él! ¡El niño que madre intentó ayudar!
A pesar del vitoreo, Binghe se percata de la expresión iluminada de su hermano, esa expresión que descubre el significado oculto de las cosas.
—¡Nosotros podemos cumplir la voluntad de madre!
Desde dentro, remoto y frágil, el corazón de Luo Binghe llora en silencio. A veces se pregunta si el amor incesante de su madre hacia el prójimo fue lo que trajo esta orfandad, nadie sabe...
El dolor de la perdida es perpetuo y el sabor agrio aún está latente en su lengua y la negativa aparece en sus ojos.
Wei Ying parece notarlo porque aprieta el agarre en los hombros de su hermano mayor y amenaza:
—Vamos a ayudarlo. Tenemos que ayudarlo, ni te atrevas a decir no.
Luo Binghe no sabe qué hacer, porque la muerte de su madre le ha hecho un daño irreversible y le ha obligado a mirar la realidad de los hombres: una realidad donde la humildad y la bondad no son convenientes para la supervivencia. Él recuerda, con vivo detalle, gritar casa por casa en busca de ayuda para su madre y ni siquiera un alma vino para ayudarlos a cargar un cuerpo frío. Nadie se dignó a mirar, porque ¿quién se iba preocupar por una mujer muerta cuando hay un festival al cual celebrar?
En los ojos de Wei Ying hay motivación y Luo Binghe tiene miedo, él teme que esa determinación ocasione un destino similar a la muerte de su madre, incluso un destino peor.
Él puede decir que no. Él puede tomar a Wei Ying e irse del lugar para ahorrar dinero, tiempo y esfuerzo. Binghe puede ignorar al prójimo, ¿por qué ayudar cuando ellos apenas pueden mantenerse vivos? Una parte de él está molesta, iracunda y marchita, su lado infantil le grita a culpar al mundo entero por la pérdida de su madre, pero eso solo sería una blasfemia de todo lo que su madre hizo por ellos, de lo que ese cultivador hizo por él.
Luo Binghe no quiere reconocerse en los hombres que toman lo que quieren e ignoran al que sufre por miedo al dolor. Madre nunca pensó en las adversidades al adoptar a dos niños, ni renegó de sus propios ideales, ¿qué derecho tiene él olvidar todo lo que su madre le enseñó solo por el dolor de la pérdida?
Toma la mano de Wei Ying, hay algunas cicatrices en la piel de su hermano: mordeduras de perros, callos por cortar leña y amarrar sacos de arroz. Su pulgar roza alevemente una de las cicatrices.
—Sabes que no será sencillo. —Dice aun con el vitoreo de la gente.
—Lo sé.
—Y sabes que será más difícil si vamos los tres de viaje.
—Eso nunca detuvo a mamá.
Binghe cierra sus ojos y asiente. Mira el jade que hay en su pecho y deja las dudas aún lado.
—Lo buscaremos después del desfile.
Wei Ying, niega.
—No, es mejor ahora. No lo pierdas de vista.
Intentan buscar de nuevo a las figuras entre la multitud y los gritos de la gente, Luo Binghe no niega que ese guerrero marcial es hábil y hermoso, pero no hay comparación con aquel cultivador. Él ve como el pequeño niño se aferra en el regazo del príncipe, las manos sucias del pequeño han dejado huellas en la inmaculada túnica del guerrero marcial. De pronto, Luo Binghe se pone alerta cuando la muchedumbre comienza a descontrolarse.
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Siblings AU
FanfictionEn el Camino del Orgulloso Demonio Inmortal, la madre adoptiva de Luo Binghe fallece de una terrible enfermedad por el desgaste en su cuerpo y las condiciones poco salubres en su vida diaria. Sin embargo, en esta historia, sucede algo diferente: La...