XXIV

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Shizun está inquieto.

Aunque su expresión está controlada, no pasa desapercibida esa excesiva presión que ejerce en su abanico.

—Esto... No se supone que debe ser así.

Lo escucha decir, pero su voz se pierde con las expresiones de horror de otros discípulos cuando ven la sangre derramarse en las heridas de Liu Mingyan. Tal discípula está inerte en el suelo, aunque respira, la sangre fluye y Sha Hualing está disfrutando de su victoria.

—Parece ser, Maestro Shen que he ganado la segunda ronda— La demonio da un salto hacia atrás, mirando con diversión cómo los discípulos del pico Xian Shu corren hacia Liu Mingyan para atender sus heridas, —Es una pena saber que esta Ling-er no aprendió mucho después de este intercambio de conocimientos...

En otro mundo, en otro universo el asedio en la montaña Cang Qiong fue muy inofensiva e incluso, el enfrentamiento entre Sha Hualing y Liu Mingyan fue como una danza para demostrar la feminidad y la cultivación. Sin embargo, en este universo, en esta realidad... hubo fuego y sangre.

Los ojos de Sha Hualing están rojizos, llenos de esa sed de sangre disfrazada con coquetería. Luo Binghe gruñe por lo bajo, esa demonio casi le corta la cara a Ning Yingying antes de que llegara shizun.

—¡La tercera ronda será la victoria! Sería prudente que el Mayor Shen sea cauteloso en su elección ya que mi campeón será el Mayor Tian Chui.

Hay una exclamación entre los demonios cuando la figura imponente de un demonio con un mazo avanza hasta el frente. En un acto ridículo en mostrar su fuerza, deja caer el mazo haciendo un pequeño cráter en la tierra.

Todos los discípulos se estremecen.

—Debo hacer una advertencia. Los picos en la armadura del Mayor Tian Chui están cubiertos con un veneno especial, así que, Mayor Shen, ¿estos discípulos están dispuestos a asumir el riesgo?

Shen Qingqiu sacude sus mangas, exasperado. El sistema no le ha dicho que llame a Luo Binghe, pero es bastante obvio que sea él el oponente... Aun así... Ver las heridas de Liu Mingyuan y ahora ver ese demonio con ese mazo...

Shen Qingqiu respira profundo y por un segundo, su mirar se cruza con la de Luo Binghe. El adolescente parpadea, ha crecido bastante desde la última vez que lo vio, incluso aquella redondez en su rostro se ha afilado para dar paso aún rostro más maduro, ¿qué edad tiene ahora? ¿Dieciséis? ¿Diecisiete? Antes de ingresar a reclusión, Shen Qingqiu le preguntó ese detalle a Luo Binghe y el niño no supo qué responder.

'Shizun... Este discípulo siempre mintió sobre su edad a lo largo de su vida para conseguir trabajos... Así que no recuerdo con exactitud'.

Aún si Luo Binghe sigue siendo el personaje principal... Shen Yuan ya no confía en este mundo para sentirse seguro ante el halo dorado del protagonista.

Puede ser que Binghe no muera, pero que acabe sumamente herido... Es algo que Shen Yuan no podría tolerar.

Luo Binghe está a punto de decir algo cuando Shen Qingqiu avanza al frente.

—Mayor Shen, acordamos que no podemos competir de nuevo— recuerda Sha Hualing, enroscando su dedo entre sus cabellos. —¿Acaso faltará a su palabra?

—Usando un veneno fuerte no parece ser muy justo ante un duelo.— Comenta, abanicándose ligeramente el rostro.

—Mayor Shen, toda habilidad es aceptable en un duelo.

—Una armadura envenenada no parece ser una habilidad, en cualquier caso, sería un grito de debilidad ¿Acaso tu elegido debe recurrir a tales tácticas para compensar su propio talento?

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