XLIV
Ya no puede percibir el dolor físico. Estar en el abismo por tanto tiempo le enseñó a acostumbrarse al dolor que ni siquiera se percata si el látigo le destroza la carne de su espalda, solo siente el chasquido y la calidez de su sangre, deslizándose por toda su columna.
No emite un grito o quejidos de dolor, si acaso reprime una que otra exhalación de tedio. Escucha el gruñido de frustración de su verdugo e internamente Luo Binghe se regocija un poco. Sabe que esto ha llegado a un punto muerto cuando sus manos son liberadas y cae su cuerpo abruptamente al piso mientras escucha los pasos apresurados de este falso Shizun.
No es de sorprenderse, estar en este pasaje onírico ha sido un poco tedioso y redundante. Este falso Shizun sólo se centra en torturarlo de una forma tan patética como son los golpes y latigazos que solía darle Ming Fa cuando Binghe era discípulo en el Pico Qing Jing.
¿Qué pretende? ¿Hastiarlo hasta la muerte?
El Mayor Meng Mo comentó la posibilidad de que este ser orille a Binghe a quebrar por la fuerza este pasaje onírico. Claro, si lo hace podría ser libre Luo Binghe, pero afectaría su alma o podría desvanecer su cordura, provocando que Xin Mo lo consuma en el acto.
Algo que no está dispuesto permitir Binghe.
Así que se ha generado un largo círculo vicioso de castigos consecutivos y falsas máscaras.
El joven se sienta en el piso, cerrando sus ojos, dejando que su propio cuerpo regenere el tejido del músculo de su espalda.
No hay una determinante para averiguar cuánto tiempo ha estado aquí atrapado, pero en cada oportunidad se concentra para revisar siempre este gran pasaje, buscando una fisura. Este ser que está usurpando la imagen de su amado maestro tiene sentimientos, Binghe pudo comprobarlo aquella vez cuando dio su respuesta y la taza de té fue arrojado a su cara. Entonces, sólo para vencerlo, necesita encontrar, aunque sea solo una fisura en toda esta defensa para poder aprovecharse de ello.
¿Cómo había dicho una vez el Mayor Meng Mo? Todo aquello que tenga vestigios de emoción posee un atisbo de alma y puede ser destrozada indefinidamente sin esperanza, atrapada para siempre en un ciclo de sufrimiento, ya que no puede renacer. Sólo puede permanecer perdido hasta que se disperse por completo.
Frunce el ceño, no sabe cuánto tiempo tiene antes de que este estúpido ser vuelva. Estira más su conciencia, alcanzando los bordes de este pasaje, sus meridianos arden por el desgaste.
'Niño, creo que algo anda mal. Creo que me equivoqué'.
La voz de Meng Mo resuena en su cabeza, Binghe la ignora, concentrándose aún más.
'Niño. Detente'.
Silencio.
Busca más allá, ve algo inusual, hilos finos de una energía inestable.
Binghe abre sus ojos, si alguien pudiera verlo, apreciaría aquellas pupilas granates y la marca demoniaca, extendiéndose por todo su rostro.
—La encontré.
'Niño, ¡Espera! Creo que tu Shizun...'
Es un milímetro, casi imperceptible, pero ahí está. Una fisura que emana una energía diferente, oculta, dolorosa
Odio. Traición. Anhelo.
Emociones que se filtran en aquella fisura.
La sonrisa de Luo Binghe es peligrosa, está al borde de sus instintos más primitivos, aunque valió la pena.
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Siblings AU
FanfictionEn el Camino del Orgulloso Demonio Inmortal, la madre adoptiva de Luo Binghe fallece de una terrible enfermedad por el desgaste en su cuerpo y las condiciones poco salubres en su vida diaria. Sin embargo, en esta historia, sucede algo diferente: La...