XVI

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En la divina altura de un acantilado hay una figura inmortal, de belleza extraordinaria que contiene el más leve suspiro de alivio al mirar a los niños que excavan agujeros. Las ropas verdes juguetean con el viento, los cabellos se mecen cuidadosamente con la brisa y las pupilas se detienen más allá de la distancia, para contemplar a un joven acuclilladlo que entierra sus manos en la tierra sin importar la suciedad ni el sudor.

Shen Qingqqiu disimula su deleite, ocultando su expresión en el abanico que trae consigo. El inmortal pretende ignorar al sistema porque su misión aún no está completa. Solo falta aceptar al protagonista en el Pico Qin Jing ¡Pero eso no es algo que él deba preocuparse! Luo Binghe está más que calificado para ingresar a la secta.

A estas alturas, Shen Yuan reconoce que efectivamente transmigró en un fanfiction. Basta poner atención en los cambios que hay en comparación de la trama original: el hecho de que la prueba para ingresar no solamente sea excavar agujeros en la tierra para demostrar perseverancia o resistencia, no. La tierra esta sellada bajo energía espiritual, cualquiera no es capaz de moverla ni mucho menos enterrar sus manos en ella, solo aquellos que tienen indicios de un núcleo espiritual o con una alta capacidad de cultivar podrían enterrar sus manos en la tierra.

Y luego está el otro cambio de la trama original: Luo Binghe.

En la novela, Binghe llegó al Pico a la edad de ocho años. Shen Qingqqiu recuerda la descripción de un niño con la cara manchada de tierra, sus ropas parchadas con una bola de tela atada en la espalda. Ahora, ante Shen Qingqqiu hay un joven entre trece o catorce años, de ropas negras de excelente calidad, el jade Guayin está atado en su cuello con una fina cuerda roja y en su espalda hay una alforja con patrones de loto. Definitivamente este Luo Binghe parece más a un niño perteneciente a una familia de renombres, como lo es Ming Fan o Ning YingYing.

Hay un latir apresurado en el pecho de Shen Qingqqiu al notar los detalles de este protagonista, desconoce a este Luo Binghe y al mismo tiempo lo emociona. ¿Qué habrá sucedido en la vida de este niño para haber llegado tan tarde al Pico? ¿Y por qué sabe los conocimientos básicos de la cultivación? No es solo el halo dorado del protagonista, Luo Binghe se concentró antes de iniciar la excavación, fluyendo toda energía espiritual en sus manos para mover la tierra.

Shen Yuan necesita respuestas, muchas respuestas.

—Este año, parece que hay aún más gente que en años pasados.

Shen Qingqqiu sigue abanicándose sin mirar a Yue Qingyuan. Realmente no tiene suficiente fuerza para mirarlo en la cara en estos momentos. Definitivamente hay muchos niños que están excavando agujeros, tanto que apenas se puede vislumbrar a Luo Binghe en esa marea de gente, además la gran suma de dinero que Shen Qingqqiu gastó solo por la publicidad.

Es que... Era eso o ser un cadáver putrefacto.

—Zhangmen-shixiong.

—¿Has visto a alguien en particular Qingqqiu-shidi?

El hombre erudito cierra su abanico, mirando al adolescente que excava con vigor. No puede evitar emocionarse cuando el protagonista se limpia el sudor de su frente y hunde de un solo golpe su mano en la tierra.

—Él...

—No garantizará ningún logro si es mayor para cultivar.

Shen Yuan casi deja caer su abanico, se recompone y mira al sujeto que intenta subestimar a su protagonista.

¿Disculpa? Estamos hablando de Luo Binghe. Luo. Binghe. El protagonista cuyo harem son de tres dígitos, ¡¿Quién se atreve a decir que él no es apto para cultivar?!

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