Aislin
-¿Aislin?
Poco a poco abro mis ojos. Miro a mi alrededor, estoy en una...¿Casa?
-Cariño.
Alguien apoya su mano en mi brazo y me exalto, pero cuando miro a mi izquierda, no contengo mis lágrimas.
-Ven aquí, preciosa -me rodea con sus brazos.
-No...no le digas a Joey, por favor, no sé lo digas-sollozo.
-Calma, luego hablamos de eso.
Me quedo llorando un tiempo. Cuando me tranquilizo aparece una mujer mayor y me extiende un vaso con agua.
-No te llevé al hospital porque no me dejaste, pero me dijiste que la llamara a ella. Supongo que tener compañía te hará bien.
-Gracias.
Odio no poder recordarlo.
-Debes denunciarlo, muchacha, los de su tipo deben estar tras las rejas.
-Gracias-reitero.
-Quédate el tiempo que necesites. Recupérate y luego te vas. Te extendí ropa anoche y te cambiaste. El alcohol era tanto que no sé si lo recuerdas.
-No-digo con la cabeza agachada.
¿Había tomado?
-No se preocupe, gracias por la hospitalidad, pero la llevaré a mi casa, estará más tranquila.
-Como gusten.
Me levanto junto con ella y afuera nos esperaba un taxi.
-Vamos.
Ambas subimos y nos dirigimos al lugar dónde ella trabaja.
-Sé que no es lo más apropiado luego de lo que te pasó, pero es lo que puedo ofrecerte.
-No entiendo cómo tu jefe puede ser tan bueno.
Ella ríe y bajamos luego de pagar. Cuando estamos en la puerta, dice en susurros:
-Jefa, ese viejo está más muerto que el papa.
Entramos. Al ser de día y no haber nadie, todos limpiaban el desorden de la noche anterior. Desifectaban con una concentración admirable, el caño que había en el escenario, los vidrios, la barra.
-Es por acá-señala un pasillo.
Ambas pasamos y me muestra una habitación al fondo.
-Quédate aquí, ¿De acuerdo?
-¿Qué le diré a Joey?
-No te preocupes por él, yo me encargo -me giña un ojo sacando de su bolsillo pastillas para dormir.
-¿Cómo se las darás?- quise saber.
-Si algo he aprendido todos estos años acostándome con él, es el cuento toma y qué.
-Tequila-decimos a la vez.
-Descansa ya, Aislin, tienes que ponerte bien, ¿Sí? Aquí solemos dormir nosotras, así que... Te veo luego.
-¿Fleur?
Ella se da vuelta.
-Gracias.
-No tienes porqué agradecer, de una manera bastante extraña, eres mi amiga, y los amigos se ayudan. Duerme ya.
Afirmo con la cabeza y me deja sola.
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Cien momentos ✅ [ Libro 2 De La Biologia Cien]
RomantikCien momentos. Cien fotografías. Cien recuerdos que atesorar. ¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar con tal de hacer justicia? segundo libro de la biologia "cien" © Todos los derechos reservados Queda totalmente prohibido copiar, manipular y/o extr...