Cien momentos ✅ [ Libro 2 De La Biologia Cien]

Capítulo 31

Holaaaaa!!!! Muchos comentarios con lo mismo así que lo explico. Ya pasó un mes desde lo sucedido. Cuando escribí el epílogo en Cien Latidos,  puse un mes desde el accidente. Y aquí llegó ese capítulo. ¿No fui clara aún? Plis díganme si no entendieron.

***

Joey

Un mensaje de Grey, Lili estaba mal. Odio cuando no especifican lo que sucede.

Salgo de la habitación de Aitana y corro a la de Lili.

-¡¿Qué pasó?!-entro.

-Hace tres minutos está en paro, aún no ha reaccionado.

-¡Carga a 200!

Nada.

Subimos la potencia.

Sin respuestas.

Pasan tres minutos más, pero la mujer no da inicios de vida.

Y otros tres y otros tres y ya fueron doce minutos intentando reanimarla.

-Hora de la muerte. 14:44 pm.

Cierro mis ojos con fuerza ante aquella noticia. Intentan cubrirla, pero me rehúso, por el contrario, pido que se larguen.

-Doctor...

-¡Ahora! - señalo la puerta y todos salen en fila, uno detrás de otro.

Miro a la mujer yacida inconsciente frente a mis ojos y recuerdo su pedido. Nuestra última conversación esta misma tarde.

-Voy a morirme.

-Lili, no hagas esto.

-Ya no tengo fuerzas, Joey. Ya estoy destruida y rota, pero al menos...- tose- al menos uniste a mi familia. Al menos sé que...Aitana se queda en buenas manos, porque tú eres un buen hombre, Joey. Tú - me señala con su dedo corazón - amas a mi hija, me lo has dejado...claro...

-Lili...

-Estoy bien. Tranquila. Cuida a mi niña- sus ojos se tornan cristalinos -, no la dejes sola - solloza-, no lo hagas, no la dejes.

-No pretendo hacerlo, Lili, amo demasiado a tu hija como para alejarme.

-Eso... está bien. Estoy cansada, ¿sí? Voy a dormir. Debes ir con Aitana. Va a despertar, lo sé, y cuando lo haga, deberías estar tú para recibirla, ¿no crees?, yo estaré bien.

Y eso hice, me fui. Estuve con Aitana y volví.

Y ahora estoy frente a ella. Frente a mí paciente de años.

Muerta.

Todo de ella está pálido. No hay un rastro de color en su piel.

-Adiós, Lili- me despido con lágrimas en mis ojos, cubriendo con la manta blanca, su cabeza.