Cien momentos ✅ [ Libro 2 De La Biologia Cien]

Capítulo 26

Una semana después

Joey

Me acerco hasta su camilla. Ya pasaron siete días exactos con ella sin reaccionar. Siete días dónde me desvelé, siete días dónde aquel mensaje me daba vueltas. Fleur buscando más sobre él. Danna evitando seguir hablando del tema. Ben y Tom sin dar señales. Y yo aquí, frente a ella. Me siento y tomo su mano. La miro, la miro como vengo haciéndolo todos estos meses, con la misma admiración y el mismo amor. La miro mitad enojado conmigo mismo porque aún no me perdono el no haberla escuchado. Enojado porque no me quedé. La dejé sola. Fui un idiota. El pensamiento de que si la acompañaba nada de esto habría pasado, me atormenta.

-Lili está...

<<Empeorando>>

-Como puede...-acaricio su mano fría-. Se ocultan y me evitan, me toman como idiota creyendo que no los escucho pero lo hago. Robert está seguro que no despertarás. Lo último que supe de tus amigos es que lograron contactarse con tu hermana Ariana y viene en camino. Te haces querer, eres importante para todos. No estás sola-con cada palabra mi corazón se va oprimiendo aún más-. Te lo imploro, Aitana-dejo caer la primera lágrima-, despierta. Por favor hazlo, verte así me está matando. El hecho de que Jackson te haya arruinado la vida y lo haya hecho con la mía me cabrea aún más. Escúchame bien, pequeña. Si no luchas por quedarte, por vivir, si no le demuestras a otros que puedes salir de esta, te....te desconectarán, y perdón pero no estoy listo para perderte, no aún. De hecho creo que nunca lo estaré. Te amo. Mierda-cierro mis ojos con fuerza-. Te amo, te amo, te amo, te amo con mi vida, te amo más de lo que debería y creo que hasta es insano. Amo todo de ti. Mataría por ti-acabo con seriedad.

-¿Debería preocuparme ante aquellas palabras?

Giro. Zack cruzado de brazos en la puerta. Se acerca hasta mí y apoya una mano en mi hombro.

-No sabemos que le pasará al despertar. Pero puedo asegúrate que no saldrá cantando victoria. Las secuelas que pueden quedarle son irremediables. No creo que lo soporte.

-Estaré ahí para ella-espeto seguro.

-Lo sé, Joey. Pero la cosa es que si es ella la que lo soportará.

Ya no puedo responder, eso no lo sé, quiero pensar que sí, pero la realidad es otra....

El siguiente en entrar es Ben. Quién solo se queda al lado de la pared sin dar otro paso.

-Ariana ya está aquí.

Me habría imaginado millones de escenarios, para conocer a su familia, sin duda un hospital no estaba en mis planes.

Una mujer de cabello negro entra apresurada. Viste unos tacones, un jersey blanco y un pantalón jean negro.

-Oh por Dios, Aitana-lleva ambas manos a su boca acercándose a ella. No se anima a tocarla. Gira su cabeza y me mira-, ¿Eres el doctor, no?

Zack ahoga una risa y Ben habla sin vergüenza alguna:

-Su novio.

<<¿En serio? Porque no recuerdo que se lo haya pedido>>

Y yo no recuerdo pedir tu opinión. Y henos aquí.

-Ariana, su hermana-extiende su mano y la tomo.

Si no lo hubiera dicho, jamás habría creído aquello, tiene un aire a Lili pero no más que eso.

-¿Estará bien? Nadie me dijo nada.

-Ariana-se acerca Zack-,un placer. Con gusto te llevo con el encargado de tu hermana. Independientemente de que haya varios especialista la palabra final la tiene él.

Ambos salen y yo vuelvo con ella.

-Joey-titubea Ben.

-Solo voy a tolerar buenas noticias, de lo contrario, vete.

Asiente en silencio y se retira.

Carajo, o sea que era malo. Aprieto mis puños y luego de dejarle un beso en la frente, salgo.

-No puedo verla así.

-El tiempo es crucial, y necesitamos una repuesta inmediata, Ariana.

-Muy a mi pesar-sigue cabizbaja-, si es lo mejor, lo haré, firmaré.

Me acerco ignorándo aquello. Ella despertará, sé que lo hará. Pero antes de llegar a ellos, una tercera persona me detiene.

-Soy su madre. Y si eso es lo mejor para que nadie más siga sufriendo, también tienen mi consentimiento.

Aprieto mis dientes y doy media vuelta yendo para el otro lado.

Maldigo por lo bajo sin abrir mis puños. Me choco a Sadie y no me esfuerzo por disculparme. Siguiendo con mi camino.

Salgo subiendo a mi coche. Cierro de un portazo y golpeo una y otra vez mis manos con el manubrio. Grito dejando que toda mi ira salga, y sé que tampoco es suficiente. Apoyo mi cabeza en el respaldar del asiento y cierro mis ojos.

Un golpe en la ventana me hace abrirlos.

Perfecto. Lo que menos necesitaba era verlo y aquí está. Bajo el vidrio.

-Jack, no es un buen momento-refunfuño.

-Lo sé, solo venía a visitar a Irati-rie-, perdón Aitana.

Abro saliendo del coche y apoyo mi brazo en el techo del vehículo mirándolo fijamente.

-¿Quién demonios piensas que eres para amenazar a mi residente?

-Oh, no, la pobre interpretó mal.

-Mira, Jack-lo señalo-, en este momento tú eres a la última persona que quiero ver. No quiero que vuelvas a tratar de mentirosa a mi residente y mucho menos verte aquí.

-Con lo último no puedo complacerte, Maggie me pide que la acompañe y yo obedezco, la apoyo, ¿Eso no es lo que hacen las parejas? Apoyarse y escucharse.

Sabía que eso tenía doble sentido, sin embargo me limito a subir al coche, cerrar de un portazo, poner en marcha el auto y alejarme de aquel lugar.

No me agrada. Él simplemente no me agrada, tiene algo que me hace desconfiar.

¿Y qué mierda tiene que hacer visitando a Aitana?

Hipócrita, eso es lo que es. Maggie no le pediría las veinticuatro horas del día que esté a su lado. Y menos venir por tercera vez al hospital con ella.

Algo no me convence, pero no sé qué, ni el por qué.