Capitulo 19. Una decisión apresurada

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— Alesso estas dormido?—

— Ahora no.—

—  He estado pensando en aceptar la ayuda de ese muchacho, total que tenemos que perder.—

Veo como Alesso se voltea mirandome a los ojos, sus ojos brillan iluminando la oscura habitación.

— Si tenemos que perder... Para empezar nuestras vidas y sino llegamos a esos extremos podríamos perder nuestra libertad para siempre, no estoy seguro de si se puede confiar en él. Además está lo de su pelo, si lleva aquí desde que nació ya debería haber alcanzado el nivel necesario...—

—  Para eso yo tengo una explicación no cortan su pelo hasta alcanzados los veinticinco, no creo que ese muchacho tenga más de diecisiete.—

— Está bien entonces, que crees que debemos hacer confiamos en él?—

Me encanta cuando me tiene en cuenta, cuando pide mi opinión no sabe lo feliz que me hace en estos momentos.

— Si, vamos a dar un salto de fe.—

Me doy la vuelta y cierro los ojos, pasado un rato Alesso me abraza, no digo nada simplemente me hago la dormida, no quiero mostrame débil pero se siente tan bien estar entre sus brazos. Si me hago la dormida todo será más fácil.

**

Una semana después

Nos hemos adaptado perfectamente, sabemos que es lo que podemos comer y lo que no, creo que nadie se ha dado cuenta de que nosotros no estamos bajo el influjo de ninguna sustancia. Hacemos lo que se nos dice y no rebatimos ninguna decisión.

Es la hora de la comida el líder de la sociedad se levanta y todos agachan sus cabezas en señal de respeto. No se escucha nada más que las respiraciones de todos los miembros y los pasos del que creo que es líder, cada vez están más cerca hasta que noto como esos pasos se detienen a mi lado.

— Hoy ascenderas junto a mi al siguiente nivel. Está noche la madre Tierra será honrada.—

Porque esas palabras no me han gustado nada, creo que se refiere a hacer esas cosas que vimos pero está vez conmigo.

Nos ha dado la tarde libre por lo que debemos adelantar nuestra huida. Me encuentro en casa sentada en la cama, Alesso entra en la casa me saluda y se asoma por la ventana y comienza a hablar de cosas triviales.

— Alesso nos vamos antes de que comience la cena.— digo interrumpiendo su discurso. El se voltea y me mira asombrado.

— Pensaba que todavía quedaban muchas cosas sueltas...—

— Los planes han cambiado a no ser que quieras ver a tu esposa fornicar con el líder delante de toda la comunidad.—

Veo como aprieta sus puños, sus ojos están encendidos por la rabia.

— No digas nada, ves a buscar a Esteban e infórmale de nuestro cambio de planes.—

***

La hora de la cena ha llegado caminamos hasta el comedor, justo antes de entrar nos escabullimos, solo espero que no noten nuestra desaparición hasta la hora de honrar a la Madre Tierra.

Caminamos a paso raudo no disponemos de mucho tiempo hasta que noten nuestra ausencia, llegamos hasta una pequeña montaña, la pared es demasiado escapada para poder subir, nos encontramos en un callejón sin salida.

Esteban se acerca a la pared y comienza a tocarla con sus dedos, no se dónde toca pero de la nada una roca se mueve dejándonos entrar en una angosta galería. Cuando estamos los tres dentro la entrada se cierra, ojalá no hayamos caído en una trampa. Veo como enciende una antorcha. Alesso y yo caminamos tras el en silencio, no quiero pensar mal ni ser negativa pero si él conoce la salida desde hace mucho porque nunca se ha marchado?

Francesca tienes que ser positiva, me repito una y otra vez en mi mente. Nose el tiempo que llevamos caminando en la oscuridad pero podría asegurar que ya han pasado varias horas, ya deben de haber notado nuestra ausencia así que las cartas están echadas.

Al fondo comienzo a vislumbrar una luz, al fin estamos cerca de salir. Salimos poco a poco cuando voy a dar un paso más,  Alesso me sujeta fuertemente y me pegas a su cuerpo, estoy apunto de pegarle un bofetón cuando veo que bajo mis pies no hay nada. Su hubiera dado un paso más habría caído por un acantilado.

Así que este era el pero! Cómo vamos a salir de esta, como yo lo veo tenemos dos opciones lanzarnos al vacío y caer al agua esperando que las afiladas rocas no nos maten si no lo hace la caída antes. O volver por donde hemos venido y pasar el resto de nuestras vidas con esa comunidad de locos.

A nuestra espalda se empiezan a escuchar voces, vaya pensé que tendría más tiempo para valorar otras opciones pero veo cuan equivocada estaba. Alesso coge mis manos y me mira con cariño.

Deja un suave beso sobre mis labios, un beso que no esperaba y que me hace estremecer.

— Confías en mi?— pregunta con mi mirada clavada en mis ojos.

— Si.— respondo olvidando todo el daño que me ha causado.

Me abra fuertemente y me lleva con él hasta el vacío. Dicen que antes de morir ves tú vida pasar por delante. Pero yo no veo nada, cierro mis ojos y pego mi cabeza todo lo que puedo al cuerpo de Alesso esperando que el desenlace llegue lo antes posibles.

Noto un fuerte impacto hemos caído al agua pero eso no quita que el dolor llene mi cuerpo, siento que el aire me falta a medida que me sumerjo más y más en esta masa de agua.

Ahora si no me muero en la caída pero voy a morir ahogada. Mis ojos comienzan a arder al igual que mis pulmones, nunca imaginé que mi muerte sería así. A mi mente llegan los recuerdos mi padre, mi tía, mis tardes en la biblioteca, Alesso y mi pequeño Leonardo. A este le decidido mi último pensamiento.

Amor mío, deseo que seas feliz y que te conviertas en un hombre bueno, tus abuelos cuidarán de ti y te darán todo el amor que no pude darte...

La oscuridad me llena y después de esto no hay nada más.

Matrimonio por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora