Capitulo 27. Venecia

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Venecia, febrero de 1810

Los primeros rayos del día iluminan está grandiosa ciudad rodeada por agua, aún faltan unas horas para nuestra ansiada reunión, el nerviosismo no me deja vivir pero no puedo hacer nada, solamente puedo esperar a que llegue la hora.

Nos alojamos en una pensión, Alesso es la primera vez que viaja a Venecia y no tenemos conocidos. Yo en cambio ya conozco la ciudad bastante bien, gracias al comercio de telas y otros productos mi padre y yo hemos viajado durante muchos años a esta emblemática ciudad.

Alesso mira por una de las ventanas, parece embelesado con el paisaje o está perdido en sus propios pensamientos quizás.

— Francesa, de seguro que tú has estado antes aquí. Cuéntame algo sobre la ciudad necesito distraer la mente por favor.— dice sin dejar de mirar el horizonte.

Recopilo en mi mente todo lo que he aprendido de mis viajes aquí, pero no sé por dónde empezar. Me imagino que debería empezar por su construcción aunque por otra parte no quiero aburrirte con datos, así que procuraré darle un rumbo un poco más interesante a mi explicación. Supongo que también me vendrá bien a mí despejar la mente por unos minutos.

— Alguna vez te has preguntado cómo se construyó Venecia bajo el agua?— pregunto sonriendo, Alesso me mira y asiente. Creo que no me lo va poner nada fácil.

—Venecia se funda partir del siglo V d.C., cuando las poblaciones del interior de Italia deciden buscar refugio de las invasiones bárbaras. Los venecianos se trasladan entonces hacia la laguna, que esta compuesta por unas 120 islas pequeñas, las cuales están conectadas por los numerosos puentes por los que podemos transitar.
Al construir la ciudad, tienen que arremangarse y fortalecer la tierra emergida, que era muy barrosa e inadecuada para la construcción de casas y edificios. Para ello usaron 10 millones de postes de roble. El espacio entre los postes estaba lleno de fragmentos, piedras y otros materiales de desecho. Una vez que se ha introducido un cierto número de postes en la tierra, las partes superiores se alinean y un sustrato (o capa de base) de madera y mármol se coloca sobre la parte superior. Esta capa forma la base de la ciudad y sobre ella los venecianos construyeron sus casas...—

— Francesca no puedo creer que recuerdes todos esos datos, pareces un libro es como si lo hubieses memorizado.— dice Alesso consiguiendo que me enoje, ya no le pienso contar nada más, después de que intento que se distraiga me viene con eso. Le doy la espalda y me siento en la cama.

— Perdoname amor, no quise ofenderte. Es solo que me resulto gracioso que supieses tanto, me perdonas...— dice arrodillándose ante mi, coge mis manos y las besa delicadamente.

— Está bien, pero no lo vuelvas a hacer me hace sentir estúpida e insegura.—

— No, eso nunca! Eres la mujer mas inteligente, valiente y bella que he llegado a conocer en toda mi vida. Ahora si cuéntame un poco más sobre esta bella ciudad...—

Después de pensarlo unos segundos, decido continuar. Aveces tengo ganas de estrangular a este hombre.

— Para que la ciudad no se anegase, por el agua se hizo necesario construir toda una red de canales para canalizar el agua proveniente de la laguna, empezando por la construcción de ataguías. Eso no me preguntes que es porque no lo se, creo que es algo para bloquear el paso de las aguas. Los “cimientos” de la ciudad permanecen intactos porque, al no haber oxígeno en las capas profundas debajo del lodo, no puede haber descomposición. Sin embargo, eso no impide que la ciudad se esté hundiendo poco...—

— Es algo triste pensar que algo tan bello en algún momento desaparecerá bajo las aguas.— dice Alesso interrumpiendome, al instante sonríe y pone un dedo sobre sus labios haciéndome saber que puedo continuar, aveces es tan dulce y espontáneo. Eso es una de las cosas que más me gustan de él.

— Al estar ubicada en una posición tan privilegiada está más resguardada para la invasiones, aunque no obstante, como ya sabes esto no fue ningún impedimento para Napoleón, que consiguió ocuparla en 1797, tras un largo período de varias décadas de ostracismo...—

— No me recuerdes a nuestro autoproclamado rey, no sé si es peor este o lo que se esconden bajo crucifijos y vestiduras.—

— Aveces es mejor optar por el silencio, en boca cerrada no entran moscas.—

— Jajajaja... Desde cuándo mi esposa se volvió tan graciosa.— dice pegándome a su cuerpo.

Sin darnos cuenta nos vemos envueltos en un largo beso, que es cortado por un gran estruendo en el exterior.

Nos asomamos rápido por la ventana, al parecer dos pequeñas embarcaciones han chocado, al menos espero que no haya ningún herido. El reloj de la plaza de San Marcos da la media. Es hora de irnos solo disponemos de media hora para llegar al Puente y encontrarnos con el causante de mis pesares.

No puedo creer lo que veo, esto es una broma de mal gusto. Todo el mundo anda con máscaras por la calle y con muchas ganas de fiesta. No puede ser que hayamos venido justo en pleno carnaval veneciano, ahora que lo pienso esto no es algo que hayamos decidido nosotros, más bien es algo que se nos ha impuesto.

Juro ante el cielo que siento ganas de gritar, de maldecir incluso de pegar golpes. Espero que la virgen me perdone por pensar en tales cosas. Me santiguo, Alesso me dedica una sonrisa y una mirada cómplice, me agarra fuerte de la mano y así avanzamos entre la gente.

Al poner el primer pie sobre el puente el reloj da las doce, miró hacia todos lados pero todo el mundo lleva una mascara puesta. En la otra punta del puente puedo ver la silueta de un hombre con un bebé en brazos.

Estoy segura de que es mi hijo me siento del agarre de mi esposo levanto un poco mi vestido y comienzo a correr, cuando odio en estos momentos llevar vestido y no poder usar un pantalón como Alesso, avanzó  entre la gente como puedo, cada vez está más cerca esa figura, pero para mí es como si se alejara poco a poco.

Llegó hasta la altura del señor, no lo reconozco en estos momentos aunque me resulta familiar. Estiró mis brazos y el me da a mí hijo sin pensarlo. Lo abrazo lo beso hasta el cansancio.

Levanto la cabeza y veo que ese hombre ha desaparecido. Bueno no es que me importe demásiado ya tengo lo que había venido a buscar.
Vuelvo sobre mis pasos buscando a Alesso, pero no soy capaz de dar con él. Después de un largo rato me rindo me siento cansada y tomo la mejor decisión en estos momentos.

Vuelvo a la pensión lo más probable es que se encuentre allí. Seguro que se pone muy feliz al saber que tengo conmigo a Leonardo.

La decepción que experimentó no es comparable a nada en el mundo. Alesso no está en la pensión. Me doy cuenta de que Leonardo se debe haber hecho caca, lo desnudo y me dispongo a limpiarlo, veo un pequeño papel doblado. Lo saco y lo desdobló.

Ya tenemos lo que queríamos, gracias, ahora sí quieres recuperar a tu esposo sano y salvo. Necesitamos que hagas un trabajo por nosotros, no busques ayuda en la policía o el pagará por tus actos. Mantente a la espera y recibirás instrucciones precisas.

XXX

Matrimonio por contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora