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Llegamos a la pensión, mi cabeza está escondida en su pecho. Me deja suavemente sobre la cama y se sube sobre mi con cuidado de no dejar caer todo su peso sobre mi cuerpo.
Levanta la falda del vestido, para después comenzar a acariciar mis piernas, con cuidado y delicadeza quita primero una de mis medias y después la otra. Sus dedos recorren la piel de mi piernas consiguiendo erizarla. Sigue su camino hacia mis muslos subiendo poco a poco hasta mi intimidad, acaricia la zona por encima de la tela, consiguiendo que se mi boca salgan pequeños jadeos.
Se detiene cuando estoy apunto de explotar. Doy un gruñido y lo miro enfadada, el quita su ropa dejando a mi vista toda su plenitud. Quiere desvestirme pero me niego a estas alturas estoy tan acalorada que quiero calmar el ardor ya. No quiero más juegos ni más preámbulos.
El me sonríe y de un solo movimiento se introduce en mi, sus movimientos son rápidos y precisos pocos segundos después alcanzó la cima del placer. El me deja descansar un poco para después continuar y un rato después explotar en mi interior. Se retira de mí y me abraza unos segundos después se levanta trae un trapo y agua y me limpia con cariño.
Estoy agotada, esta vez no le voy a decir nada, por un día voy a permitirme el lujo de que me cuiden.
Despierto por el sonido del gentío, me desperezo y miro hacia el lado derecho de la cama buscando a Alesso pero este no está aquí, me me incorporo y me siento. En ese justo momento la puerta de la habitación se abre dejando entrar a Alesso con una bandeja de desayuno.
— Al fin se despierta la bella durmiente, creía que tendría que darte un beso para sacarte del sueño eterno.— dice con una sonrisa que me derrite
— Lo siento de verdad que estaba muy cansada, qué hora es?—
- Son algo más de las diez.- responde dejando el desayuno sobre una mesita.-
- No deberías haberme dejado de dormir tanto, es demasiado tarde...-
- Te recuerdo que estamos de luna de miel, no tenemos horarios y tampoco responsabilidades.- dice mientras se acerca a mí y deja un beso sobre mi cabeza.
Tiene razón por un momento olvidé que estábamos en Roma, que los niños estaban con mis suegros y que podíamos hacer todo lo que quisiéramos sin tener que dar explicaciones a nadie.
Desayuno todo lo que trae mi adorado esposo después me aseo y cambio mi vestido. También aplicó ungüento sobre mis pies y esta vez elijo unas zapatillas. Tengo claro donde tendremos que ir hoy pero tampoco sé si ese será el último lugar, de verdad admiro a la persona o personas que idearon esto. Muchos podrían empezar y dejarlo a medias, es una pista tras otra pero a mi esposa y a mí no nos gusta dejar las cosas a medias.
Cuando al fin estamos listos salimos a la calle esta vez nuestro destino es la iglesia de Santa María de la Piedad, solo espero que esté abierta porque desde luego la primera misa ya pasó.
Caminamos cogidos de la mano, nunca antes hubiera pensado que solo con ese gesto me sintiera plena. A veces hasta me siento un poco estúpida pero supongo que es normal al estar enamorada y ser correspondida.
Llegamos a las puertas de la iglesia pero no parece una iglesia como tal es más como si fuera un edificio gubernamental. El estilo del edificio románico y está construido en piedra caliza. Tiene bastantes ventanas pero no soy capaz de ver ninguna vidriera, nos acercamos hasta la puerta gracias a la virgen que está abierta!
Pasamos al interior y nos dirigimos por el pasillo central hasta la imagen que preside la pequeña iglesia que no es otra más que la piedad. Nos sentamos en un banco y la observo desde la lejanía. Dentro de la iglesia está el párroco y dudo que me deje acercarme a una talla tan antigua. Pero con lo que no cuento es con la astucia de mi esposo, este se acerca al Padre y habla durante unos minutos con él, también le entrega una pequeña bolsa con monedas. Después de hablar con él se dirige hacia mi sitio.
- Yaestá todo arreglado puedes acercarte a la imagen que incluso puedes tocarla pero con sumo cuidado.-
- Qué le has dicho para que te deje acercarme a la imagen de la virgen-
- Nada, le he dicho que estabas embarazada y que te querías encomendar a ella...-
- Pero le has dicho una mentira! Sabes que eso es pecado podrías ir al infierno por ello.- respondo escandalizada.
- Igual no es una mentira, es probable que anoche te dejara embarazada.- dice arrogante.
Yo lo mato, además no sé si quiero tener más niños creo que ya tenemos bastante con mis hermanos y con nuestros dos hijos. Pero a lo hecho pecho si hemos creado vida será bien recibida en nuestra casa.
Me levanto del banco y me acerco a la talla de la virgen, la observo minuciosamente y me arrodillo sus pies. Abajo del todo hay una pequeña inscripción, dudo que alguien la haya visto hace mucho tiempo es imposible verla si no estás muy cerca y más si no buscas nada.
En los naranjos encontrarás la respuesta a él enigma
Me levanto y hago la señal de la cruz, una pequeña reverencia y salgo de la iglesia, detrás de mí lo hace Alesso.
- Qué ha descubierto bella dama?-
- Porqué sabes que he descubierto algo!-
- Siempre que descubres algo tienes esa sonrisa en la cara.-
Vaya me conoce mejor de lo que pensaba, le explicó brevemente que nuestra siguiente parada es el jardín de los naranjos o también llamado Parco Savello, es uno de los jardines de Roma más emblemáticos. Su nombre deriva de la enorme cantidad de naranjos que cubre su terreno e inunda el ambiente de un olor cítrico.
El parque se encuentra en una de las siete colinas romanas, el Monte Aventino, concretamente en el Cerro Aventino, y se extiende a lo largo de 7.800 metros cuadrados. En él se encuentra uno de los miradores más bonitos de la ciudad y que ofrece una de las vistas panorámicas más impactantes de la Ciudad Eterna. Allí es donde nos dirigimos en este mismo instante.
Es uno de los lugares más visitados por parejas, tanto de turistas como de locales, ya que es uno de los puntos más románticos de la ciudad.
Puff! No pensé que los dos lugares estuvieran separados por tanta distancia, no has debido de tardar cerca de una hora en llegar y lo peor de todo a sido subir hasta el mirador pero estoy segura de que este es el lugar.
Busco la pista por todos lados y solo encuentro una pequeña inscripción en una de las columnas.
Aquí yace el más grande tesoro.
Alesso me mira extrañado el sigue buscando pero yo ya me he dado cuenta de cuál es el tesoro. Me acerco a él y lo abrazo. El tesoro nunca fue material, nuca se trato de ninguna reliquia, tampoco se trataban de monedas y joyas.
El tesoro es disfrutar de la maravillosa vista que ofrece el mirador, disfrutar de esto con la persona que amas y con la persona que deseas pasar el resto de tus días.
Fin
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Matrimonio por contrato
RomanceItalia 1807 El papa Pío VII tiene un nuevo capricho casar al hijo díscolo de los duques de Milán, con una señorita de intachable virtud. Cuál es su sorpresa al conocer a Francesca hija de su mayor proveedor de vino, ella es la indicada, católica, be...