Caliope
Los meses pasaron y mi estomago fue creciendo.
Cayden no volvió a verme, me sentí abandonada en muchos sentidos, sabía que solo era una esclava, un juguete para su uso personal, pero esperaba... esperaba que tuviera un mínimo de preocupación por mi. Era una tonta.
Max había tenido razón al oponerse a mis sentimientos por Cayden. Él había visto mucho antes que yo, el daño que podría hacerme.
Aiden dormía a mi lado, aferrado a mi falda como si tuviera miedo de que desapareciera en algún momento. Puse mi mano sobre su cabeza y traté de forzar una sonrisa, pero el dolor de las contracciones iba subiendo en intensidad, ya era hora. Me puse de pie y me acerqué a la ventana, decirle a los guardias era inútil, así que esta vez había pensado en mi situación con antelación y puse un pedazo de tela fuera de la ventana, una de las sacerdotisas estaba vigilando estos días y le diría a la directora que era el momento. Comencé a caminar alrededor de la habitación, sosteniendo mi abdomen abultado.
- ¿Mamá? - Aiden se despertó, pasando sus manos por sus ojos.- ¿Qué pasa?
Sacudí la cabeza y lo inste a volver a acostarse.
- Todo está bien, cariño. Vuelve a dormir.- Le dije en voz baja.
Escuché de repente risas y pasos acercándose, me puse tensa al ver como Ella entraba a habitación con un vestido ceremonial de boda, así que... hoy había sido el día. Me sonrió y se dio una vuelta, presumiendo su triunfo.
- Mira.- Tocó su vestido.- Ahora seré la reina y tu estás aquí sufriendo con esos bastardos.- Se acercó.- Hasta pena me das.
Me mordí el labio y bajé la vista hacía el suelo, donde se asomaban sus zapatos llenos de lujos y luego hacía mis pies descalzos con una cadena de esclavitud adornando mi tobillo, sin mencionar la vista de mi pequeña panza asomándose confirmando que yo estaba completamente tomada por él.
Traté sinceramente de protegerla, de apartarla de las cosas malas que había en el mundo y no vi, me negué a ver la maldad de su corazón hasta que fue demasiado tarde. Me odié a mi misma por eso.
- Si ya has terminado, vete.- Le dije dándome la vuelta, apreté los dientes por otra contracción.
- No, no eh terminado.- Se acercó y jaló el cabello con todas sus fuerzas haciéndome caer hacía atrás, aterricé sobre mi trasero, pero algo salió mal porque comencé a sentir humedad en mis muslos, el vestido fue tiñéndose de rojo, me mareé.
- ¡Suelta a mi mamá! -Escuché la voz de Aiden cerca, giré mi cabeza para verlo morder la muñeca de Ella, quién me soltó solo para golpear con fuerza la mejilla de Aiden.
Me molesté, realmente me enojó que lo golpeara, así que giré mi cuerpo y con un movimiento en mis piernas la tire al suelo, me trepé encima y comencé a propinarle un golpe tras otro en la mejilla.
- No. Te. Atrevas. A. Ponerle. Una. Mano. Encima. De nuevo.- Con cada pausa, le propinaba un golpe, sentí que al último alguien tomaba de mi brazo y me aventaba con fuerza a medio metro de distancia, gemí por la nueva oleada de dolor que me recorrió con la nueva caída y miré hacía arriba encontrándome con los ojos fríos de Cayden.
- ¿Qué esta pasando aquí? - Le preguntó a Ella.
Ella comenzó a llorar y se aferró a sus brazos.
- Yo... solo vine porque quería perdonar a Cal por todo el daño que me hizo, quería superarlo y dejarlo atrás, pero ella me golpeó.- Lloró descaradamente, como si fuera una pequeña cosa frágil.
- Ella...- Traté de explicar mi versión, pero él no me dejó continuar.
- Guarda silencio, Caliope.- Ordenó y luego le dijo a Ella que subiera a cambiar su ropa que yo había llenado con mi sangre.
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Villanos (La guerra eterna parte III)
FantasyCulpables. La historia siempre buscará culpables. Maxwell lucius Arscorth se convirtió en el rey de los vampiros, sentándose en un trono construido en sangre e iniciando una cadena de muertes sin sentido, tiranía y traiciones. Caliope Montefher Vari...