Capítulo 51

148 20 13
                                    

Valyria

La cena de esta noche era muy extraña.

Faltaba el rey de las hadas en el comedor principal y Lucius... se vio mejor después de la guerra que el día de hoy. Traté, realmente traté de comportarme, pero la curiosidad mataría a la bruja. Abrí mi boca.

- Su majestad, ¿Esta bien? Parece que se encontró con el camino al infierno de pasada.- Noté que todos se me quedaban viendo y Maxell me dio una ligera patada por debajo de la mesa, pero no podía evitarlo, realmente me había matado el silencio incomodo y el rey de los vampiros olía a quemado.

Me atreví a ver las diferentes reacciones.

Idara, la reina tenía una expresión de curiosidad, veía fijamente al vampiro como si le pidiera una explicación y él se limitó a mirarme de mala manera por haber provocado su situación. 

Aryan Markovic no tardó en meterse.

- Ya decía yo que olía a cerdo quemado.- Murmuró, ahogué una risa, otra patada por parte de Maxell. Lo miré, me estaba frunciendo el ceño, ah, nunca dejaría de ser un anciano. 

Miré a Arista Schevert, quién alternó la mirada entre Aryan y Lucius para después concentrarse en su comida con expresión complicada. Ilyana y Aiden Eckhart entornaron sus ojos hacía el rey de los vampiros. 

- ¿No será la cena? - Arista trató de salvar la situación, moviendo con su tenedor algunos trozos de carne en su plato, como si los evaluara.- Creo que se les pasó la cocción. 

Lucius asintió.

- Si, debe ser la cena.- Dijo.- Pediré que la revisen.

Mentirosos.

- No creo que sea la carne, a mi me parece que está bien.- Johan Dragomir sonrió.- El olor parece provenir de usted, su majestad.

- Tu paladar está mal, Johan. Prueba de nuevo.- Dijo Kelian Dragomir, de parte del poder, como siempre. Al parecer, había ya dos bandos en esta mesa, quienes queríamos ver arder el mundo y los que trataron de apagar el fuego.

- No está mal, realmente su majestad huele a quemado.- Dijo Idara Dragomir, llevándole la contraria a su esposo.

Sonreí hacía Lucius casi con dulzura, yo estaba ganando.

- Una disculpa.- Dijo Aiden.- Estaba practicando momentos antes y por accidente alcanzó el fuego al rey.

Lucius asintió.

- Fue solo un problema sin importancia, no tenías que mencionarlo.- Terminó la mentira como todo un campeón. Nadie en la mesa se la creyó, pero la plática murió ahí, hasta que la gemela menor, Lucinda se puso de pie y fue oliendo todo en su camino hasta llegar a su padre, Lucinda arrugó su pequeña nariz.

- Pero papá, Aiden estuvo toda la tarde conmigo.- Dijo.- Hueles diferente.

Sonreí. 

Ah, ese era el sabor de la victoria. Aryan Markovic sonrió también, pero se le borró el gesto cuando Ilyana le frunció el ceño. 

Iba a volver a iniciar el debate cuando un ave entró al comedor como si fuera su casa. Liberó tarjetas negras que aterrizaron en nuestras manos, el fénix se detuvo en la cabeza de Lucius Arscorth.

- ¿Ya era hora del show de brujas? - Aryan dijo, mirando la tarjeta y luego a mi.- Me hubieras avisado para ponerme cómodo. 

Lo ignoré, más divertida con la imagen del rey de los vampiros sacudiendo la cabeza para que el pájaro se levantara y luego se volviera a acomodar ahí cuando el vampiro dejaba de moverse, después de algunos intentos más se rindió y solo dejó que el ave lo usara de nido. 

Villanos (La guerra eterna parte III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora