Capítulo 11

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Ilyana Eckhart

No podía dormir. Las pesadillas solo eran un cruel recordatorio del pasado, escudarme con algo que no pasaría era muy estúpido. Siempre estaba en peligro de volver a caer en su poder.

Me levanté limpiando el desastre que había ocasionado con mi poder sin controlar durante el sueño. Al final suspiré y decidí tomar algo de aire, bajé al jardín. El aroma de las rosas era doloroso, tan puro y fresco, sin ser conscientes de lo hermosas y peligrosas que podrían llegar a ser. Mis pequeños pies lograban apagar el sonido de mi presencia. El sentido del ligero viento me dijo que llovería en aproximadamente dos horas, sería conveniente regresar a mi habitación antes de eso.

Me senté frente a la gran fuente, me quite los zapatos y sumergí mis pies en el agua cristalina para calmar mis nervios. Aunque estaba muy lejos de ser portadora del poder de mi madre, me tranquilizaba la presencia del agua, era como si volviera a esos escasos momentos en que la tuve, sintiendo su amor y calidez.

¿Si había sido una tirana? Yo solo recordaba su amable sonrisa, su cálido toque, la fragilidad de su cuerpo antes de que se la llevarán para no volverla a ver...

Sentí que una capa se posaba sobre mis hombros. Miré hacía un costado, dónde mi padre tomaba asiento a mi lado. Me ofreció una taza de té. Sonreí antes de aceptarlo.

- Gracias.- Murmuré antes de darle un sorbo. Lavanda, sabía bien.

- ¿Pesadillas? - Preguntó. Ni siquiera mencionó el hecho de que ya estaba preparado para ofrecerme té, seguramente me había visto dirigirme hacia el jardín y me había seguido para no dejarme sola. Su calidez mejoró mi estado de ánimo. Mi padre podía ser frío, pero sabía que haría hasta lo imposible por mí.

Sabía que me había buscado hasta el cansancio cuando me secuestró el original, desafortunadamente, él había sido muy inteligente al mantenerme oculta. Si no hubiera aprovechado esa oportunidad para escapar... Seguramente ya habría tenido los hijos que él tanto quería.

- Si...- Susurré.- Solo son recuerdos.

- A veces, los recuerdos son los peores.- Su mirada cayó sobre el agua.

Lo miré con atención. Parecía estar reviviendo algún tipo de recuerdo.

Pensé en mi madre.

Sabía que mi padre le había hecho mucho daño, no porque lo recordara vívidamente. Si no porque mi hermano y mi padre siempre tenían conflictos cuando el tema salía. Yo solo podía recordar a mamá en fragmentos de calidez. Sin embargo, Aiden, la recordaba muy bien y una parte de él siempre rechazaría a nuestro padre por eso.

Aún, no pude evitar preguntar. No podía dejar de pensar en ella.

- Padre, ¿Cree que mi madre ya haya reencarnado?

Mi padre me miró con sorpresa. Yo casi nunca hablaba de mamá, pero... Hubiera sido lindo crecer con una madre. Si así fuera, ¿Tendría las palabras para ayudarme a dejar de sentirme tan miserable? Prácticamente mi entorno entero fue mi hermano y mi padre, la reina ni siquiera era alguien para considerar. Sabía que siempre trataron de darme lo mejor, pero aún así, siempre me faltó algo.

El rey Enoch muy pocas veces se quedaba sin palabras, pero parecía que justo ahora no sabía que decir. Me miró fijamente por unos segundos antes de contestar.

- Es probable.- Contestó.

- ¿Cree que ya tenga otra familia? ¿Tendrá un esposo? - Después de haber sido una gran villana, ¿Tendría una vida normal? ¿O seguiría los mismos pasos de su anterior vida?

Mi padre no contestó. Suspiré. Supuse que hasta ahí llegaría la suerte con las preguntas sobre mi madre. Aunque... Quise presionar un poco más.

- Papá, ¿La amaste?

Villanos (La guerra eterna parte III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora