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Despierto de golpe, era sábado.

Despeje mis pensamientos bajando de mi cama para tomar un largo baño, me sentía pesada, como si tuviera algo cargando tras mis hombros.
Salí de aquel baño con satisfacción de poder relajarme unos minutos.

Baje a la sala principal, para encontrarme con Harry descansando en un sillón, comencé a reír al verlo. La noche anterior conversamos hasta que el se quedó dormido, olvidando por completo que tenía una habitación personal para el en mi casa, que por obvias razones, también era suya.

Va despertando poco a poco llevando sus manos a su rostro, lo veo levantarse para tomar su celular enseguida.

—Buenos días dormilón — digo en tono de burla.

—Oh cállate, ¡estaba muy cansado!

—Tanto que ni siquiera dormiste en tu habitación — señalé aquella puerta con una de mis manos—¿Entonces para que esta ahí?

—No vuelve a suceder, mamá.

Se levanta del sillón para estirarse con una posición extraña, me acerco a la cocina a buscar algo para comer.

—¿Te quedas a desayunar? — pregunto.

—Nop, debo irme. — toma su chaqueta y camina a la puerta — Nos vemos, linda.

Muevo mi mano en señal de despedida, escuchó la puerta abrirse más sin embargo no se cierra.

—Uhh... Jane

Volteo a verlo enseguida.

—¿Esperabas a alguien? — me pregunta.

No respondí, Harry dio unos pasos a la izquierda y ahí estaba el.

¿Que mierda?

No reaccioné, dos de los que parecían ser sus guardaespaldas se encontraban detrás de él.
¿Como sabía mi dirección? ¿Que quería?

—Hola hermano — escucho que le dice a Harry.

Le da un corto abrazo y después me mira.

—Debo irme — dice Harry — toda tuya.

Me mira y guiña un ojo antes de irse.

—¿Puedo pasar? — pregunta.

No tenía vergüenza.

—Pasa — respondí cortante — solo tú.

Mira a sus guardaespaldas, susurra algo que no logro percibir. Entra lentamente, como si tuviera miedo. Cierra la puerta sin quitar sus ojos de mi.

Señaló uno de los sillones para después sentarme, en señal de que el haga lo mismo y así lo hace.

Esta sentado frente a mi, tiene un folder en sus manos y de repente sus manos comienzan a temblar.

—Yo-

—¿Como sabes mi dirección? — lo interrumpo al instante.

Lo miro directo a los ojos, parece ser que está nervioso.

—Hay algo que quiero mostrarte.

Sus manos temblorosas me acercan aquel folder.
Al abrirlo me encuentro con lo que parece ser.... ¿Un periódico?

Prestó atención por un segundo y.... Mierda.

El encabezado tenía la nota:

El payaso apuesto y su chica misteriosa captados la noche de su cumpleaños.

PREJUDICE | BILL SKARSGARDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora