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El teléfono comenzó a sonar repentinamente, me encontraba sola en mi habitación, Harry había estado conmigo todo el día, hasta que tuvo que volver a casa a terminar algunos pendientes.

— Jane... — dijo con voz ronca, y ahí supe exactamente sobre quien se trataba.

— Istvan... — conteste con misterio del mismo modo.

— ¿Cómo estás? — preguntó.

— Comencemos con la entrevista. — respondí ignorando su pregunta.

— Te hice una pregunta, niña.

— Preguntas algo que es obvio....

— Sigo sin entender por que tenemos que hacer esto por llamada.

— Te lo dije, no quiero mas problemas.

— Dormí en tu casa anoche, estamos a salvo, créeme, no he escuchado nada al respecto.

— Que importa, la llamada ya comenzó.

— Jane.

— ¿Si?

— Estoy afuera.

— Bill, no hagas esto...

— Te traje café. — dijo para después estar en silencio por unos minutos.

Sonreí inconscientemente.

— ¿Dejarás que se enfríe o me dejarás pasar?

Colgué sin responder, el sabía que no lo dejaría afuera.

Salí por aquella puerta y lo vi dentro de su auto, me miro e inmediatamente salió de este con aquellos vasos con café, reí con solo verlo.

— ¿Te ríes de mi, niña?

— Tal vez... — respondí graciosa. — pasa.

Nos adentramos a casa, tomó su chaqueta y la dejó en el sillón, no sin antes darme un café y dejar el otro encima de la barra de la cocina.

— Bien, aquí me tienes. — levantó sus brazos y sonrió. — pregúntame lo que quieras.

— Deberíamos tomar asiento. — reí y el hizo lo mismo.

Me miraba con tal atención que parecía estar pensando en algo en específico, así que simplemente pregunté.

— ¿En que piensas?

— ¿Esa es tu primera pregunta? — sonrió con burla, haciéndome sonreír también.

— Responde.

— ¿Quieres la verdad?

— Escúpelo.

— En ti.

Mi corazón se detuvo.

— Basta de bromas Istvan.

— No bromeo.

Tome la carpeta en la que tenía las preguntas ignorando por completo su respuesta.

— ¿Cuantos años tienes? — comencé a preguntar.

— 26.

— ¿Desde que edad actúas?

— Desde los 9.

— ¿Que? ¿Es enserio?

— Así es. — levantó ambos brazos.

— ¿Tienes hijos?

— Jane. — llamó mi atención.

— Okay okay — reí. — No hijos! Entiendo..... ahora comencemos con las verdaderas preguntas.

PREJUDICE | BILL SKARSGARDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora