Un Amor para Cupido; Minsung

4. Kim MinJu y el trío de las solteras catárticas

Capítulo 4

Kim MinJu y el trío de las solteras catárticas

"Cariño, ¿Qué estás esperando?

Bienvenida a mi tienda de caramelos.

Es hora de que pruebes que ya no eres una perdedora

Y entres a mi tienda de caramelos."

-Candy Store; Heathers

Algo que JiSung podía reconocer de su vida diaria era que él nunca se quedaba demasiado tiempo en un solo lugar.

Todo podría mencionarse desde su infancia, pero pasó los primeros quince años viviendo en la costa de Incheon que dejó de ser entretenido cuando él ya había conocido la ciudad por completo y recorrido su propio pueblo tanto que podía guiarse con los ojos cerrados. Era de gusto, en verdad, porque JiSung nunca pensó encontrar en otra parte el equilibrio perfecto entre el mar y el campo; el río y los lagos; la familia y su abuelo.

Después, para cuando causó el divorcio de sus padres, se fue a vivir con su padre y madrastra a Seúl. Desde ahí, los tres habían estado en constante mudanza por la falta de dinero de su padre para pagar más de cinco meses de arriendo; eso a JiSung no le molestaba porque encontraba emocionante la idea de nunca tener que quedarse en el mismo lugar, aunque terminó siendo contraproducente porque eso significaba que JiSung debía de tener pocas cosas para empacar: todo le cabía en dos bolsas de basura y en una cajonera de plástico con el rostro de Darth Vader.

Finalmente, con HyunJin entró a la gran Universidad. No fueron compañeros de dormitorio, y JiSung se asustó al pensar que vivir en las cuatro paredes más pequeñas que había visto con un total desconocido haría que sus años de estudio serían un infierno. No obstante, fue la suerte o el destino que hizo a Chan su compañero de cuarto y, como siempre, logró mudarse de dormitorio hasta la pequeña bodega del edificio de periodismo. Vivieron en la residencia de becados un poco menos de dos meses antes de largarse de ahí.

Entonces, con esa introducción de su vida, era normal para JiSung no estar en un mismo lugar durante todo un día en el campus. Su rodilla le pedía piedad, pero él ignoraba sus gritos de agonía para llegar a Yellow Wood con la misma voluntad que tenía para sus días de escuela.

Felix tamborileó nerviosamente sus dedos en la mesa, y miró a HyunJin de reojo.

—¿Él está ahí porque...?

HyunJin apartó la mirada de su cuaderno y le sonrió a Felix. —Soy su secretario.

—¿Secretario? —Felix cuestionó a JiSung.

—A veces necesito otra mano —dijo JiSung mientras continuaba con la lectura de su propia redacción que estuvo trabajando.

No obstante, Felix estaba incómodo. JiSung pudo percibirlo al instante, y a pesar de que no le agradaba él, no podía hacerlo sentir de esa forma.

—Puedes irte con JeongIn —pidió JiSung a HyunJin.

HyunJin lo miró, ofendido. —¿Eh?, ¿por qué?

—Comodidad del paciente. —HyunJin intercaló su mirada entre JiSung y Felix y, luego de bufar, se resignó para irse a la barra de Yellow Wood donde JeongIn se encontraba en la preparación de un pedido—. Entonces, Felix. ¿Tu lista?

—Ah, sí.

JiSung no lo miró directamente por estar transcribiendo su análisis, pero pudo escuchar el ruido de la pesada mochila caer sobre la mesa, de la revuelta de papeles dentro de ella, y del canto de victoria que Felix hizo al encontrar su lista. —Lo pasé al papel para hacerlo más formal.