Un Amor para Cupido; Minsung

12. And they were roomates...

Capítulo 12

And they were roomates

"Pero las cosas se vuelven tan locas,

Que vivir la vida se hace difícil.

Y con gusto saldría a la carretera y me iría si tan solo supiera

Que algún día me llevaría de vuelta a ti"

Sunday morning; Maroon 5

—Cupido...

JiSung, con el esfuerzo de no hacer una mueca, miró hacia su izquierda.

—No soy Cupido —recordó JiSung.

—Como sea... —la chica, de cabello corto y rosa chillón, lucía bastante vacilante a la hora de hablarle—. Quería un consejo.

—No puedo emparejar —recordó JiSung—. La rectoría me lo ha prohibido.

—Es solo un consejo, no seas egoísta... —pidió ella. JiSung, sin ánimos de querer discutir, asintió para que prosiguiera—. Mi amiga me aconsejó que no debó de regresar con mi ex si es que él está con su casi algo yendo hacia una relación, pero él me llamó y me dijo que fuera a su casa esta noche. ¿Qué debo hacer?

La mera mención del ex novio de esa desconocida hizo que una punzada de clarividencia se posara en JiSung. Él sabía la respuesta.

—Él solamente quiere recordar que sigues ahí, aun cuando él avanza —dijo JiSung—. Quiere tenerte como un repuesto.

La respuesta era empleada con el clásico lenguaje tosco que caracterizaba a Cupido (y que una vez Felix le reclamó). Empero, tal vez fue la forma en la que se empleó o su reputación que hizo a la chica fruncir el ceño con ofensa.

—Yo no soy una cualquiera —aclaró ella.

—Lo sé —se apresuró en aclarar JiSung—. Solo digo- él no quiere regresar contigo. Solo quiere saber que estás ahí.

La respuesta no pareció complacerla. La chica miró a JiSung de pies a cabeza, y asintió. —Okey..., creo que seguiré el consejo de mi amiga.

JiSung asintió también, y la vio alejarse sin despedirse de él. Se sintió un poco dejado como también ofendido- ¿por qué habían ido hacia él si es que no le harían caso? No es como si nunca le hubiese pasado, pero..., en verdad a JiSung nunca le había pasado. Era frustrante incluso ver cómo los post-it que usaba para recordar las citas iban poco a poco eliminándose ante la cancelación de asesorías de las demás personas del campus, bastante intimidados por la advertencia, y eran reemplazados por insultos.

«Como sea, no pienses en estas cosas —se dijo JiSung—. Tienes una cita.»

Bien- cita no era como tal, pero a pesar de que su trayecto hacia el hogar del amor de su vida fue tortuosa y el doble de tiempo a causa de su rodilla, la situación con la chica no se eliminó de su cabeza.

Aunque, había cosas más importantes que eso.

¿Cuándo JiSung pensó que se vería en esa situación? Estar en el dormitorio de ChangBin era cosa de sus sueños más oscuros, y verlo en ese instante frente a él, sobre la cama, con su clásica camiseta apretada con la insignia del signo zodiacal Leo en su pectoral derecho, con sus dedos jugando con sus anillos de plata, y con su ceño fruncido a causa de la concentración... JiSung se sentía en el paraíso.

—Dios... —ChangBin se quejó en voz alta, y apartó la mirada de su tablet para poder ver hacia la puerta—. ¿Es que este idiota no se aburre? Lamento la música, JiSung.