41. El CPC contra los queers, el prostituto y el maricón con alas

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"El gil de tu ex se quiere matar,

Con cara de longi te viene a suplicar que vuelvas con él.

Nunca le importó.

No dimensionó hasta que ya te perdió.

Pero mira que bien nos hace el amor."

El gil de tu ex; Santaferia

Aunque Girl's Generation estaba en sus auriculares, y su lápiz estaba en su cuaderno anotando puntos importantes de sentencias anteriores, la concentración de Lia iba mucho más allá que buscar normativas no-vinculantes para ayudar a su jefe en el caso judicial.

Estaba aburrida, pero no por falta de pasatiempo. Era un aburrimiento desde adentro, desde su corazón; un aburrimiento equiparado con la soledad, la falta de sentido concordante. Su celular estaba inhabilitado para recibir mensajes y llamados, por lo que el aislamiento se lo generaba ella sola.

Podría estar en la biblioteca para tener mejor concentración, pero su propio sistema se acaba con convertirse en algo reacio ante dicha soledad. A causa de eso, decidió estudiar en la cafetería central del edificio de ciencias, ya que estaba mejor iluminado, con un gran balcón, con un delicioso olor a café y con el espacio suficiente para que nadie chocase entre ellos cuando estaba muy concurrido.

Lo que significaba que, para la desgracia de todos, varios grupos cohabitaban el mismo espacio.

En un lado estaba el CPC, quienes charlaban en grupos separados pero ubicados en el mismo sector- cerca del balcón; interactuaban como animales en su hábitat, relacionaba Lia, mostrando sus barrigas entre ellos y olfateando sus traseros con total confianza mientras que los menores (chicos de primer y segundo año universitario, con rostros infantiles recién inscritos al Colectivo) jugaban en los figurativos charcos de agua. Luego, estaba el antiguo grupo de amigos de MinHo, el cual Lia reconocía por Kim MinJu y el gay no-del-clóset-y-mucho-menos-con-intenciones-de-fingir-ser-heterosexual de JungWoo; ese grupo reía a carcajadas, pero cuando JungWoo comentaba algo callaba al instante antes de dar miradas cautelosas hacia el CPC. Desde ese lugar, Lia podía escuchar los mal comentarios de ambos grupos.

Y luego estaba el grupo de RyuJin, con HeeJin, Daehwi y otras chicas que Lia no conocía. No es como si se hubiese dado el tiempo de conocer sus nombres o saber cuál otra relación tenía RyuJin con ellas, por supuesto, porque de algo que Lia sabía de antelación que el ser bisexual no te aseguraba que le gustaba cada chica que se le acercara. No es como si RyuJin alguna vez hubiese gustado de Lia, en especial cuando Lia recordó a la zorra que se sentó en el regazo de ella para la fiesta de YeonJun y la hizo vomitar de los celos.

Y, si RyuJin gustó de ella en algún momento, Lia ya se había encargado de matar la llama.

Lo cual era un problema, por supuesto, porque el alejar a la persona que te gustaba era un problema normal. Que la persona que te gustara fuera una chica... no tanto. Aun se enfermaba en pensarlo, en tener que hablarlo con su madre o contarle a sus amigos por qué ha estado tan deprimida los últimos meses; el por qué se le era más fácil meterse los dedos en la boca y vomitar, y por qué su cabello se perdía a mechones. Sentía tanto asco por ella misma que ni siquiera podía pensar racionalmente, junto con los fantasmas de los demás ojos observándola.

Porque lo hacían, aun cuando se dijera que era mentira.

Las voces se callaban y los ojos se cerraban cuando estaba con MinHo, Cupido y sus amigos; eran divertidos, no propios pero un buen pasatiempo. Sin ellos, los murmullos en insultos y las vistas en burla de ser la pobre novia lesbiana de YeonJun la dejaba vulnerable.

Un Amor para Cupido; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora