11. Dos bolsas de basura, un cajón de Darth Vader, y un sueño

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Capítulo 11

Dos bolsas de basura, un cajón de Darth Vader, y un sueño

"Odio tus caricias, odio tu boca.

No puedo soportar cada palabra que dices.

Odio tu voz.

Odio tus labios.

Odio lo mucho que quiero robarte un beso."

Not Another Song About Love; Hollywood Ending

La situación podría haber sido cómica, si no fuese por el silencio mortal que había fuera de la oficina de la rectoría de la Universidad, junto con las miradas desviadas que MinHo y JiSung tenían con el otro.

JiSung podía reconocer una ligera tensión en el ambiente- pero ligero era una palabra demasiado optimista para los rostros fruncidos, miradas gachas, brazos cruzados y semblantes mortales que cada uno portaba que, si se tocaba los botones incorrectos del otro, probablemente detonaría la bomba.

MinHo había decidido ignorar a JiSung con un juego de gatos que hacían sopa en su celular; los maullidos rompían con el silencio del extenso y elegante pasillo que JiSung podría jurar que en las otras oficinas de puertas de vidrio podrían escuchar la inmadurez de chico.

—¿Podrías bajarle el volumen, por favor? —siseó JiSung con lentitud.

MinHo le dio una mirada lateral. Su dedo se movió para bajar el volumen. Y soltó un suspiro que hizo sus hombros bajar.

«Idiota», pensó JiSung.

«Imbécil», correspondió MinHo también.

La primera reunión se realizaría a las nueve treinta, donde se discutiría la situación problemática que convocaba a JiSung y a MinHo. Después, a las once, se hablaría sobre el motel clandestino que JiSung (de nuevo) y Bang Chan tenían dentro del campus universitario. Y a pesar de que JiSung había anunciado que dejaba su cargo de Cupido, él creía en ese instante que era mucho más importante su situación con Chan.

«Ah... —JiSung suspiró mentalmente—. Realmente es agotador.»

Su mirada se perdió por el tapiz del suelo hasta la puerta de vidrio de la oficina frente a él, donde podía ver al rector, presidentes del centro de estudiantes de Literatura y de Danza, y a Choi YeonJun entablando una conversación respecto a las dos personas que estaban afuera. JiSung lo encontraba irrisorio porque- ¿Por qué demonios hablarían de ellos sin ellos?, ¿no era una decisión en conjunto?

Tampoco creía en estar en calidad de poder abogar del tema. A diferencia de MinHo, quien su crítica era meramente moral, el de JiSung infringía las normas del estatuto universitario. Probablemente podría ser expulsado de su carrera si es que no se jugaban bien sus cartas.

Suerte para JiSung que tenía un as bajo la manga.

Pero él no podría jugar si es que el tiempo continuaba detenido.

Por otra parte, MinHo solamente estaba inmerso en el pensamiento de qué decirle a sus padres y en ver a gatitos animados hacer sopa. ¿Qué más podía exigirle al universo?

Un mensaje de sus amigos, tal vez; porque desde que salieron los resultados de las votaciones que ninguno de ellos quiso pronunciarse. Ni JungWoo. Ni MinJu.

Tal vez el juego en su celular era un distractor suficiente, pero eso no aplazaba el sentimiento de soledad que acaparaba más que la angustia en ese instante.

Un Amor para Cupido; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora