38. No hay opción más que hoy

1.3K 189 309
                                    

Capítulo 38

No hay opción más que hoy

"¿Por qué tuviste que hacer que te deseara? ¿Por qué tuviste que darme nada a cambio? ¿Por qué tuviste que hacer que te amara?

Dije «te amo» y no me respondiste."

Say don't go; Taylor Swift

"—¿Hablas de tú y de mí? ¿Somos algo?

—Cariño, somos todo".

Rent, el Musical

Para cuando MinHo despertó, tuvo que sacarse el antifaz y sus tapones para poder orientarse un poco. Tanto tiempo durmiendo hacia un lado del cuarto que, cuando tus pies van en dirección de tu propio espacio del dormitorio, le complicó un instante poder saber dónde demonios estaba.

—¿Pasa algo? ¿Estás bien? ¿Quieres algo?

Disperso, MinHo miró a JiSung. Su novio estaba sentado en su escritorio, con su cepillo en la mano y con la pantalla de la laptop siendo actualizada compulsivamente en el correo electrónico. MinHo miró hacia el reloj de gato para notar que era cerca de las cuatro de la mañana.

—Nada —MinHo se recostó en la cama de nuevo—, no pasa nada.

Se sentía mal. Estaba terrible. Su estómago dolía por el nervio y su mirada enfrascada en la espalda de JiSung le hacía recordar que no podía tener una vida normal. Después de una sesión pagada con HanSoo ese martes, MinHo decidió que era mejor ir donde sus padres por un par de días para no sentir demasiado miedo.

En su lado de la cama, apenas reflectando la lámpara de JiSung, se podía ver cómo descansaba su medalla de segundo lugar sobre la rota cama; estaba contento, claro, porque un segundo lugar de su propia coreografía le hacía subir el estima cuando lo validaba desde la competencia y de que fue un novato neto quien había logrado todo. Sin embargo, el malestar iba in crescendo cuando no podía recordar ese día.

Cansado de actualizar, JiSung bajó la pantalla de su laptop y se fue al baño para escupir el dentífrico. Se regresó a la cama, hacia el lado derecho, y palmeó a MinHo para que le hiciera espacio.

—Aprovechando que estás despierto —canturreó JiSung—, muévete.

Cuando JiSung se acomodó, enseguida abrazó a MinHo por la espalda. Estaba demasiado caluroso como para dormir en esa posición, pero MinHo entrelazó sus dedos un instante con los de él, y al menos cinco minutos podrían estar así antes de sofocarse.

El silencio de JiSung era cómplice, con palabras vacías siendo rellenadas por incertidumbres que no sentía tener demasiado el tacto para hacer preguntas pertinentes.

—¿Tienes todo? —susurró JiSung—. ¿Llevas todo?

—Revisé dos veces —contestó MinHo con los ojos cerrados—. Comprobé con una libreta.

—¿Y tu pasaje?

—Sí, lo tengo y sé a qué hora irme.

—No te veré cuando llegue.

—Okey.

No era una frialdad para tomarse personal, sin embargo, le era inevitable a JiSung no sentirse un poco dolido por las defensas tan altas de MinHo. Como las suyas, había demorado demasiado tiempo intentando derrumbarlas.

—¿A alguien más del edificio se les rompió el aire acondicionado? —murmuró JiSung.

—A los del primer piso, y a Song MinGi de culinaria.

Un Amor para Cupido; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora