6. Cupido no va a fiestas, parte 2

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Capítulo 6

Cupido no va a fiestas, parte 2

"Siempre intentas ocultar el dolor,

Siempre sabes qué decir.

Siempre miro para otro lado.

Estoy ciego, estoy ciego."

-Inyour eyes; The Weekend

Bien, MinHo no tenía ansiedad social.

Él había leído sobre eso. El concepto de 'ansiedad' era algo que apareció cerca de sus diecinueve años, cuando estaba en la universidad técnica. Las personas lo colocaban un poco nervioso, y para cuando tenía que estar en los laboratorios computacionales siempre decidía optar por la primera fila para estar solo.

Le había funcionado bien en ese tiempo. No era necesario tener que hablar con las personas ni tener que vergonzosamente pedir que repitieran lo que dijeron cuando su mente se iba a negro. No debía de por qué confiar sus cosas con extraños y, mucho menos, dudar de las mismas personas que le hablaban.

Por eso, una vez que llegó a la universidad y se encontró con el grupo de amigos que tenía ahora, no les negaría que se sintió un poco nervioso al ver cuán fiesteros eran ellos.

Primero estaba Yena, quien a las once estaba en alguna parte del gran salón de eventos de los padres de YeonJun fumando hierba con personas de la universidad. Ella cumplía el característico perfil de ingreso de alguien que estudiaba filosofía.

Después, MiJoo. Ella era un sol y una chica linda, pero MinHo se sorprendía de la cantidad de vulgaridades sexuales que podían salir de su boca en menos de tres minutos. La primera vez que se vieron y él contó que estudiaba danza, ella comentó que MinHo debería ser bueno en la cama; pasaron seis meses antes de que MinHo notara que no es que MiJoo lo dijo con doble intenciones, sino que, realmente, ella era así. Y con esa idea, probablemente ya debería de estar de cacería de alguna persona en la fiesta.

Y le seguía JungWoo; MinHo no quería guiarse por roles de género, pero le aliviaba tener a otro varón en el grupo porque así no debía de estar constantemente perturbado con las diferentes ideas predispuestas por los ojos de los demás de tener que acostarse con alguien. Lástima que MinHo era bisexual y que pocos entendían el concepto de eso. De todas formas, JungWoo era fiestero y altivo, por lo que era de esperarse encontrarlo en medio de la pista de baile bailando muy apegado con dos personas.

Finalmente, estaba MinJu. Bella, atractiva y seria que parecía casi sacada de un libro Comming-of-age, de cabello rubio chillón y trenzado que generaba la necesidad a MinHo de llenarla de flores. A pesar de la dureza de su rostro, ella era muy volátil al hablar, y con simpleza habló con alguien del Colectivo de Protección Cultural para que les hiciera un recorrido por toda la parcela porque sí.

—Hay que saber cómo viven estas personas —le había susurrado MinJu a MinHo—. Conociendo la casa de ellos le sacas la radiografía de cómo son de persona.

Y ambos casi se desmayaron cuando supieron que la familia Choi tenía una capilla cristiana al interior de la casa.

Sus amigos estaban esparcidos por la terraza, pista de baile y bar. MinHo y MinJu solamente pudieron sentarse en uno de los sofás y robar una gran bolsa de frituras para comer.

—Amo los doritos —comentó MinJu.

—Yo igual. Desearía ponerles algo de picante —siguió MinHo.

Un Amor para Cupido; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora