Ese domingo, Hermione salió del invernadero de Herbolaria luego de guardar las espátulas para trasplante de mandrágoras y de afinar un plan para abordar a Severus.
La castaña tomó la escalera al primer piso para buscarlo; salió en sentido contrario de alumnos en ropa de calle, cuando escuchó un entusiasta:
-¡Hermione, espera!
La alcanzaron los sonrientes James y Sirius, seguidos de los parcos Remus y Peter.
Con poca paciencia se detuvo. Los cuatro se colocaron en semicírculo en torno de ella.
-Buenos días, señores –saludó secamente.
-Buenos días, Granger –dijo un espléndidamente peinado Black, acompañado de una nube de loción.
-¡Hola, Sirius! –lo saludó una alumna al pasar.
Él le dirigió un guiño, que la chica respondió con una sonrisa.
Black esperaba que Hermione viera lo popular que era él y lo afortunada que era ella al tener su atención... Aunque la Gryffindor no dio trazas de haber visto excepto un pliego de pergamino que le tendió James.
-Te compartimos nuestra creación, Hermione –le sonrió-. Por exigencia de Sirius, solo tú fuera de nosotros lo verás.
James no le caía bien. Era su aire de sentirse niño bonito y caprichoso. A punto de decirle a que no la llamara por su nombre, ella lo desplegó.
Al verla distraída analizando lo que parecía ser un mapa de Hogwarts, que se activó al abrirlo, James hizo seña a Sirius de que se acercara más a Hermione.
-Es idea mía y de James –sonrió Sirius-, con la colaboración de nuestros hermanos presentes, quienes luego de mucho deliberar sobre nuestra naturaleza como magos traviesos, hemos decidido llamarnos "Los Merodeadores".
-Así es, idea mía –asintió James; Peter y Remus pusieran cara de inconformidad por restárseles mérito, pero nada dijeron. Eso sí, Pettigrew dirigió una mirada de soslayo a Potter. Incontables detalles que los demás perdonaban, Pettigrew los sumaba.
La castaña captó el uso del pergamino, aunque le pareció obra de mirones.
-Y... pensamos –la mirada de Sirius se hizo acariciante, buscando los ojos de ella- que quizá te gustaría ir con nosotros a Diagon para tomar una cerveza de mantequilla y ayudarnos a buscar un nombre para esta creación, que...
-"Mapa del Merodeador" sería conveniente –atendía un detalle del pergamino.
Los cuatro se admiraron, pero la castaña no hizo caso pues con cara tensa había descubierto dónde estaba Severus.
En el mapa, por el piso de arriba, dos puntos caminaban por el corredor más ancho, seguidos de los nombres EVANS y SNAPE, lado a lado.
-¿Te gustaría, Hermione? –dijo Pettigrew, quien para no quedar atrás de los otros, pasó un brazo por los hombros de ella.
El codazo de Hermione le acertó en la nariz, haciéndolo ver luces.
Pettigrew se hizo atrás, agarrándose la cara y soltando un chillido, trastabilló y fue al suelo, atendido por un asustado Remus.
Hermione le gritó:
-¡Vuelve a intentarlo, cerdo asqueroso, y te patearé donde no tienes nada!
Exasperada con los dobleces del mapa como si fuera una sustancia amorfa y engorrosa, lo estrujó haciéndolo una bola, lo lanzó sobre Peter y se fue.
-¡Eh! –James intentó que el mapa arruinado no tocara el piso, pero se fue de cara sin pescarlo.
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Onyx Passion
FanfictionLa guerra está perdida. En un viaje por el tiempo sin retorno, Hermione buscará seducir a Severus para orillarlo a que mate a Ryddle. Ella se sumerge en la pasión oscura del ser incomprendidos, la soledad y el amor.