Onyx Passion

Perfumes

Hermione iba a la primera clase de la tarde, en el mar de estudiantes que como ella, usaban suéter dado que el frío aumentaba. Con el paso de los días, el alumnado dejaba de verla con curiosidad, tomándola como una estudiante más.

La castaña se confortaba en esos pensamientos cuando en el cruce de un pasillo vio a Severus hablando con Lily Evans.

Estaban cerca de un gran cuadro; la pelirroja gesticulaba en corto con las manos, hablando secamente, con extrañeza e incomodidad y ojos hostiles.

Severus la oía sin decir nada. Veía a un lado y a Lily.

Ella añadió, cortándose exasperada y yéndose.

Severus se cubrió la boca con la bufanda, siguiendo camino.

Hermione decidió no intervenir en eso, por lo que tomó otro camino que pasaba por subir y bajar una escalera. Al llegar al otro piso casi se topó con una chica que usando un largo abrigo de cuero azul, encendió un cigarrillo.

-¿La señorita Hermione Granger-Rosier?

La castaña se detuvo poco a poco, manteniendo la distancia:

-¿Con quién tengo el gusto de hablar?

La del abrigo le mostró la placa de la Oficina de Aurores, la OA.

-Agente Isis Fitzyork. ¿Yo tengo el gusto de hablar con una futura mortífaga?

Para Hermione ese tono no era nuevo. Se limitó a observar:

-Es una pregunta absurda.

-¿De dónde es originaria? –atacó la otra.

-No tengo obligación de explicarle.

-Es verdad –sonrió la auror, irónica–. Al hacer algunas preguntas recibí orden de parar. Y por disciplina no lo comentaré con mi colega. Con respecto a mí usted no corre riesgo, pero, ¿se ha puesto a pensar qué harán los mortífagos cuando se enteren? ¿O no le preocupa por alguna razón digamos de confianza?

-No entiendo a dónde quiere llegar –Hermione, sonrió, desdeñosa.

En ese pasillo no había nadie, excepto armaduras vacías y cuadros.

-Usted se ha hecho amiga del alumno Snape tan pronto llegó a Hogwarts –afirmó la auror.

-¿Y tener amigos es un delito? –rio ella.

-¿Se cree muy lista?

-Creo que si me vigila necesita una orden del Tribunal. Muéstremela.

Fitzyork exhaló el humo.

-Estamos en guerra, Granger. Si eso no se nota tras estas paredes, es problema de los que no quieren ver. La OA tiene poderes especiales en circunstancias de excepción.

-Aun así no tiene jurisdicción para vigilancia dentro del colegio

-No, no la tengo, veo que conoce la ley –sonrió Fitzyork-, pero no importa.

Dio otra calada al cigarrillo y habló con el humo en sus labios pintados de azul.

-Se lo diré claramente: su compañero Snape es el mayor peligro potencial que conocemos. ¿Pone cara de sorpresa? –sonrió, sin amabilidad– Entonces no sabe con quién está tratando.

-Seguro puede decírmelo –la Gryffindor alzó una ceja.

La agente asintió:

-Severus Snape está clasificado por la OA como potencial mortífago de muy alto peligro. Eso significa que su perfil supera en mucho al de un delincuente juvenil, que atendería la Brigada.