La noticia sobre el intento de suicidio de Lily Evans conmocionó los lectores de El Profeta.
Un consternado director Dumbledore informó a primera hora en el Gran Salón acerca del suicido no consumado de Lily, del cual se sugería ocasionado por una decepción amorosa.
El director, acompañado de una llorosa Minerva McGonagall, de pie como el resto de los profesores, no daba crédito.
Los alumnos recibieron la noticia en atónito y aterrado silencio.
Todos menos Slytherin, al que se prohibió ir al Gran Salón esa mañana quedando confinados en sus habitaciones. Lucius Malfoy protestó contra la disposición, que se le informó no se relacionaba con la desafortunada Lily, sino que se basaba en la noticia radiada de anoche donde se aseveraba que alumnos de Slytherin estaban implicados en el homicidio del funcionario Jedediah Warthon, en Knockturn.
El Prefecto de Slytherin adujo y no mentía, que Slytherin no tenia relación con un asunto del no había pruebas excepto una irresponsable nota de la radio; sin embargo, Dumbledore le aseguró no desconfiar de nadie y consideró más conveniente apartarlos temporalmente del grueso del estudiantado.
El director añadió en el Gran Salón que se suspendían las clases ese día, ordenándose para los integrantes de las demás casas, para ellos sí como protección, no como vigilancia, que permanecieran en sus salas comunes hasta la mañana siguiente. Notificaciones, alimentos, informes sobre las materias, se enviaría a sus áreas.
No dio el cuadro completo, solo comentó que tanto él como McGonagall se presentarían en San Mungo para seguir la evolución de la querida Lily, pidiéndose al alumnado no hacer especulaciones.
La mayoría, aceptó. Sintieron que alguien estaba a cargo y ellos, a salvo. No obstante, su mundo cotidiano sufrió un golpe tremendo. Relativamente aislados de la evolución de la guerra que azotaba otras regiones, esta noticia les proporcionaba un acercamiento a la realidad de la violencia, agravado porque les concernía directamente.
En contraste, fríos en su ánimo, confabulando en su Sala Común, los Slytherin supusieron que Minerva iría a San Mungo, pero que Albus se presentaría en el Wizengamot o en la Oficina de Aurores.
Aquella mañana helada fue de presagios. Atando cabos se dijeron que la muerte de Serpentine, de la que no informó en el Gran Salón, debía tener a Dumbledore más preocupado que la tentativa de Evans por quitarse la vida o que la deserción de Lupin.
No era por compasión, sino por el peligro que representaba para el colegio y para el mismo Albus, tanto porque Serpentine había muerto a manos de aurores según se desprendía del mensaje de Snape, como por haberse creado enemigos mortales en la familia Scamander y en el total de los sangre limpia.
La responsabilidad por las vidas de los alumnos no recaía en ellos mismos, ni en el Innombrable, sino en el director de Hogwarts. Su acción deficiente o inacción era irresponsabilidad criminal.
Esto se agravaba. Los chicos ya no confiaban en Rosier, de quien también desde anoche desconocían su paradero. Además, la apresurada nota de Snape les hacía temer por el estado de éste y habiéndose informado sobre la situación en el Gran Salón, supieron que tampoco Granger se presentó esa mañana. Debía estar con Severus, dedujeron, cuidándolo o probablemente como él, herida en Msaw Ætare.
Los Slytherin del Clan no habían huido de Hogwarts la noche anterior como les indicó Snape. Su orgullo les impedía salir como prófugos o dando a entender que se sentían culpables, lo que no experimentaban. Y no se refugiarían con Bellatrix Lestrange. Eso, a pesar que los acontecimientos estaban volviéndose en su contra.
Los rebeldes a la autoridad no iban a someterse al dictador que era el Señor. Podías unírtele por ambición o por maldad, pero no por deseos de servirle. Obedecerle debía ser provechoso también para ti. Mas no iban tan lejos. La sola sugerencia de tener un Señor los asqueaba.
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Onyx Passion
FanfictionLa guerra está perdida. En un viaje por el tiempo sin retorno, Hermione buscará seducir a Severus para orillarlo a que mate a Ryddle. Ella se sumerge en la pasión oscura del ser incomprendidos, la soledad y el amor.