Caleidoscopio de Relojes

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Hermione abrió los ojos, bocabajo excepto la cara que alzaba del suelo de roca, donde soplaba un viento gris cargado de polvo.

Se levantó penosamente. La sensación de movimiento se frenó al verse caída, causándole dolor en los brazos. Era lo de menos. Lo de más, era el soplo frío que transportaba tierra y piedra pulverizada, dejando vislumbrar una construcción que recordaba al vestíbulo de entrada del colegio, como si ella estuviera en el patio exterior.

Caminó sin saber dónde ir, sin referencias porque no distinguía a diez metros, excepto fragmentos del vestíbulo semidestruido, y fuegos dispersos, avivados por el aire.

Se revisó: No tenía la bufanda y aun con la baja temperatura su abrigo invernal era excesivo, por lo cual lo desabrochó. Oteando , consideró mejor alejarse, cuando una carrera hacia ella le hizo desenfundar la varita.

El llegado se detuvo, alzando un poco los brazos.

-¿Ron...? –lo identificó ella.

Era Ron, en efecto, hecho un desastre físicamente y con los ojos anegados de lágrimas.

-Te reconocí de lejos, por eso vine, pero... ¿no te dejé en el Gran Salón?

Ella no bajó la varita.

-¿Dónde está Severus?

Ron no supo qué decir ante la impresión de esa pregunta, pero se intrigó por lo más trivial.

-¿Te cambiaste de ropa?

Harry llegó corriendo.

-¡Hermione! –se extrañó de verla armada, deteniéndose preocupado- ¿Qué sucede?

Ella apuntó la varita entre ellos y sí misma, arrancando un mediano estallido en el suelo y piedras.

-¿Dónde está Severus?

Ron se desencajó de confusión.

-¿"Severus"?

Ella soltó otro estallido.

-¡Sí, Severus! ¡Severus! ¡Estúpido Ron! ¡Me haces repetir una pregunta y te mato!

Harry quiso tranquilizarla, pero estaba tan confundido como el pelirrojo.

-Hermione... Creo que la tensión te causa olvidos... Falta que les cuente lo que vi en el Pensadero, pero recuerda que lo vimos morir en el Embarcad...

-¿Morir? –ella gritó, horrorizada.

Corrió allá, entre el viento gris oscuro.

Se detuvo para preguntarles, frenética.

-¿Ésta qué guerra es, la primera, la segunda?

Ron iba a preguntar de nuevo, pero Harry lo empujó, apresurándose a responder.

-¡La segunda! ¡La primera fue en época de mis padres!

-¿En qué fase va?

Ron murmuró.

-De veras que está mal de la cabeza...

Harry alzó la voz.

-¡Yo enfrenté a Voldemort, Neville acabó con Nagini, fue con la Esp...!

Ella rio con un sollozo irónico:

-¿Tú, Harry? ¡Vaya, felicidades!

Corrió de nuevo, perdiéndose en la neblina, hasta que sobrevino un destello.

-¡Vamos tras ella! –indicó Harry.

Una voz conocida los llamó por la izquierda.

Ron señaló a ambos lados a su azorado amigo.

Onyx PassionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora