—¡Es nuestro cumpleaños!
Siete de la mañana...
—¡Papi, Papi, despierten!
Los niños saltan sobre nosotros...
—¡Ya tenemos nueve, papis!
Porque es 20 de agosto.
—Niños, ya lo sabemos... —dice Kageyama adormilado—. Dejarnos dormir... por favor...
—¡No! —Akiro y Haru se tiran sobre él—. ¡Es nuestro cumpleaños, no pueden dormir!
Yo no puedo evitar reír y sentarme. Haru y Akiro al notarlo, se tiran sobre mí y me abrazan.
—Feliz cumpleaños, niños. Los amo.
Kageyama los saluda igual y se levanta, con pereza, a preparar el desayuno. Yo me quedo tirado en la cama mientras ellos me abrazan.
—¡Hoy es nuestro cumpleaños!
—Sí, lo sé. Es la novena vez en cuatro minutos que lo dicen.
—Papi, papi, ¿quiénes vendrán a nuestra fiesta?
—Pues todos —acaricié sus espaldas. Haru se acurrucó a mi costado mientras que Akiro se sentó de golpe.
—¿Incluso Akemi?
Ahogué un suspiro.
—Sí. Incluso Akemi.
—¡Entonces tenemos que vernos bien, papi! —no duda en bajarse de la cama bajo mi mirada y la de Haru—. Tengo que verme bien.
—¿Y por qué?
—¿¡Como qué por qué!?
Alzo mis cejas.
—¡Porque es mi cumpleaños, papi, déjame!
Y sale corriendo del cuarto rápidamente.
Voy a ignorar el sonrojo involuntario en sus mejillas.
Haru solo suspira.
Luego del desayuno, los niños se van a bañar mientras que Kageyama y yo limpiamos la casa y la decoramos. Hay letras de feliz cumpleaños y banderines azules y blancos. El pastel está en la heladera (Una estrella de mar gigante en la que hay un bendito dinosaurio encima) y los invitados están llegando.
—¡Papi!
Un grito del cuarto de los niños me obliga a dejar de besar a Kageyama.
Bien, se supone que estábamos ordenando y eso pero necesitábamos un descanso.
—¡Necesito ayuda, papi!
—¡Ya voy!
Suspiré y me solté de mi marido. Kageyama sonrió y picoteó mis labios.
Yo arreglé mi cabello y mi ropa y me dirigí al cuarto de los niños. Haru estaba parado sobre la cama.
—¿Qué pasó?
—¡No sé qué ponerme!
—Uh... ¿Y quieres que te ayude?
—¡Sí! —exclamó obvio.
Abrí su armario y comencé a buscar camisetas.
—No me gusta esa, papi, es fea. Quiero una bonita.
—¿Por qué tanto interés en estar arreglado?
—¡Es que vendrá Akemi!
Oh no.
¿Él también?
—¡Y quiero ganarme su atención para molestar a Akiro!
—Oye, eso no —reí tomando una camiseta roja y lanzándosela. Haru la tomó—. No molestes a tu hermano.
—Pero puedo molestarlo con Akemi.
—No, tampoco. Déjalo en paz.
Haru se quejó y tomó el pantalón que le lance.
Las horas pasan y...
Kuroo llega primero.
—¡Pero si es el cumpleaños de mis ahijados!
—¡Tío Kuroo!
Los abraza con fuerza, alzándolos por el aire mientras que Kenma entra a la casa con Kazumi en brazos y regalos en una mano.
Rápidamente la bebé va en los brazos de Kageyama mientras que Kenma me abraza.
El tiempo sigue pasando y ya hay niños corriendo por la casa. Akemi, Akiro, Issei y Haru corren por todos lados mientras juegan con sus compañeros.
Y los alcohólicos de mis amigos están en la cocina.
—Cielos, hace años no bebía.
—No deberían —bufé.
Tsukishima rió.
—Déjame.
—Sí —Kenma sonríe dándole un trago a su cerveza—. Dejanos.
Puedo ver a Kageyama desde lejos. Está sentado en el sofá con Kazumi en su regazo, Kuroo está a su lado y hablan felices.
—Oigan.
Tsukishima, Kenma y Yamaguchi clavan su mirada en mí.
—Kageyama quiere otro hijo.
—Está loco —acota Tsukishima.
—Exactamente —Kenma sigue.
—Oh, qué tierno.
Y ese es Yamaguchi.
—¿Qué creen que debería hacer?
—No lo sé. ¿Tú quieres otro hijo?
—No... ahora no.
—Entonces hablen.
Yamaguchi soltó una risa.
—Años atrás tuvimos una charla así, ¿recuerdan? Cuando Hinata quería tener hijos y no sabía cómo hablar con Kageyama.
—Qué nostalgia —acota Kenma dando otro sorbo.
Sí... nostalgia.
Tiempo después, el pastel es cortado y comemos en una mesa mientras hablamos. De pequeños solíamos hablar de voley y ahora hablamos de impuestos, hijos y cómo está el país. Hemos crecido, vaya.
—¿Y cómo se enamoraron? —pregunta Haru sobre mi regazo.
Miwa suelta una carcajada.
—Esta es una buena historia.
Hayami, Kenma y mamá comparten cerveza. Kageyama sonríe avergonzado mientras que yo arreglo el cabello de Akemi, quién está sentado en mi regazo.
—Resulta que papá Tobi no sabía que estaba enamorado de mí —acoté sonriente, avergonzando a mi marido—. Y cuando se me confesó, al ser una confesión tan mala, me confesé yo.
Kuroo soltó una risa.
—Días antes de eso, su padre estuvo llorando en mis brazo porque Hinata había olvidado ir a su supuesta cita.
—Que no era cita —acotó Miwa bebiendo agua.
Es extraño. Desde hace tiempo no toma cerveza... y eso que la ama.
—¿Entonces papá Tobi miedoso?
—Sí —sonreí mirándolo. Kageyama rodó los ojos sonriente.
—Pero su padre también fue un ansioso. Se adelantaba a todo. Me quería confesar ¡y él lo hizo antes...!
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Crónicas de unos Padres Inexpertos | Kagehina
FanfictionTERCER LIBRO DE "CRÓNICAS DE..." KAGEHINA. EL ANTERIOR ES "CRÓNICAS DE UNA PAREJA PRIMERIZA". -Kageyama y yo hemos crecido. ¡Y vaya que sí! Ahora tenemos una casa, un auto, un gato y sueldos estables. -Por eso mismo, decidimos adoptar un niño. -Que...