Extra 2: Cuando se reencontraron

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Buenas, buenas. Aquí Akira Kageyama. Si el estúpido de Akiro tiene un capítulo para él, ¿por qué yo no?

Bien, aquí vamos.

Hoy será un día difícil.

—¡Papá!

—¡Me niego!

—Kageyama-san...

—¡Tú cállate que no eres de esta familia!

La risa desquiciada de Akiro se escucha en el sofá mientras que Haru, riendo bajito, le pide que baje la voz. Kira ríe a su lado pero no entiende mucho la situación.

—Tobio, vamos, ¡no seas tan dramático!

—¿¡Por qué tu lo aceptas!? —Pregunta papá histérico—. ¡Es nuestro enemigo!

—Pasado pisado, Kageyama Tobio. Seguro Oikawa ya maduró y no va a molestarte más.

Hace un año estoy con Eiji Iwaizumi. El hijo del mayor enemigo de mi padre.

Y todavía no entiendo por qué. Oikawa-san, luego de juzgarme justo como papá hace con Eiji, terminó siendo realmente dulce conmigo, ¡al igual que Iwaizumi!

Papá es tan dramático... No supera nada.

—¡Solo es una cena, papá! —rogué, tirando de él.

—¡Eso, Kageyama-san! —Eiji exclama atrás de papá Shoyo por las dudas—. ¡Mis padres no tienen problemas con usted!

Y Akiro sigue riendo.

Por suerte, papá Shoyo logra que papá acepte. No sabemos cómo, pero Eiji y yo le agradecemos hasta que llegamos a la casa de mi novio. Estoy nerviosa pero él está peor.

—Tobio-kun, ¿cuántos años han pasado?

La sonrisa arrogante del padre de Eiji me hace querer irme de aquí por la vergüenza. Solo miramos en silencio a papá y él sonríe con la misma arrogancia.

—¿Desde que te ganamos?

Una guerra fría de miradas comienza. Eiji y yo miramos a papá Shoyo en busca de ayuda.

—Bueno, bueno, están los niños... ¡Hola, Oika-san!

Él deja de mirar mal a papá para sonreírle dulcemente a Shoyo, quien lo fue a abrazar. Papá nos contó que se llevan bien, pero tampoco es que hable mucho. Ya saben cómo es...

De todos modos, cuando entramos a casa, el ambiente se torna distinto. Papá Tobio va a saludar a Iwaizumi, abrazándolo con fuerza. Si tengo que ser sincera, el otro padre de mi novio me ha robado más de un suspiro. ¡Y no es por querer faltarle el respeto, obvio! Solo se me hace muy lindo...

Pero no más que mi novio.

Que ahora está entrando en pánico en el baño. Está sentado sobre la mesada del lavamanos mientras yo tengo mis manos a sus costados, mirándolo fijamente. Él es el más sensible de los dos.

—¡Tengo mucho miedo! —Grita-susurra mirándome nervioso. Yo niego, tragando con fuerza—. No quiero que nuestros padres se lleven peor de lo que lo hacen, Aki.

—No lo harán. Tú quédate tranquilo... ellos... son... eh, maduros.

Pero me retracto de mis palabras cuando salimos del baño y Oikawa está discutiendo con papá Tobio. Son tan insoportables...

Por suerte, para la hora de la mesa, supongo las cosas se calman.

Supongo.

Supuse.

—Ah, qué buenos recuerdos los de la secundaria. Festejé cuando supe que no vendrías a mi escuela.

—Yo festejé cuando te ganamos con Hinata.

Papá sonríe con tanta falsedad que me dan ganas de reír. Shoyo e Iwaizumi comen con la mayor tranquilidad del mundo, ignorándolos. Quizá es más normal de lo que Eiji y yo creíamos.

—Eh... papás.

En un momento de la cena, Eiji se levanta y yo lo miro mientras llevo un pedazo de carne a mi boca. Estoy hambrienta...

La atención de todos cae sobre el ansioso de mi novio. Eiji ya está sonrojo, temblando en su lugar porque le da pánico todo. Simplemente estiro mi mano y acaricio mi pierna, ganándome una mirada quizá un poco más calmada de mi chico.

—Hoy... eh, hoy cumplimos un año y dos meses con Akira. Así que... un brindis... eh, por favor.

Balbucea y yo quiero abrazarlo ante eso. Nuestros padres intercambian miradas y terminan suspirando y asintiendo. Todos levantan los vasos, comenzando a chocarlos con los otros.

—Supongo que tendremos que empezar a llevarnos bien, Tobio-chan.

—Mientras los niños los vean, podrían —Iwa acota chocando el vaso con Shoyo.

—Claro. Así continúan con su manera de demostrarse cariño.

Papá Shoyo nos contó a mí y a Eiji que Kageyama realmente aprecia a Oikawa a pesar de su relación tan desastrosa. Que después de todo, fue un gran ejemplo para él. Pero es algo que papá Tobio nunca va a aceptar. Jamás.

—¡No nos queremos!

Gritan a la vez, irritándose.

Yo río y luego miro a Eiji. Él luce más tranquilo y sonrío, estirando mi mano para tomar la de él.

Él solo me mira y sonríe, emocionado.

Ah, mi chico está tan feliz.







































































BUENAS NOCHESSS

qué les pareció este extra???

decidí hacer solo cinco capítulos más! O sea que quedan tres >:)

Pásense por mis otras historias chee

nos vemos!

tkm tkm tkm

Crónicas de unos Padres Inexpertos | Kagehina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora