34: Cuando Hana nació

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—¡Hinata, estoy yendo al hospital!

—¿¡Qué pasó!?

—¡Miwa rompió bolsa, Hana va a nacer!

Sin ofender pero qué horario de mierda para nacer.

¡Son las doce del mediodía!

Sin embargo, mi mal humor se esfuma ante la llamada de Kageyama. Y no, no es porque escuché su voz o alguna cosa así, simplemente mi mente solo procesa la noticia y actúa sin pensar.

—Niños, los abrigos. ¡Tenemos que ir al hospital!

Por suerte me hacen caso. Akiro y Haru corren a su cuarto y toman las chaquetas. Yo hago lo mismo, sintiendo mis manos temblar porque dentro de horas tendré en brazos a mi ahijada y... Santo cielo, no estoy para otro bebé.

Así que conduzco al hospital que Kageyama me indica. Los niños están igual de nerviosos que yo.

—¡Toshio!

Exclamo cuando llego a la sala. Los niños vienen atrás de mí y él se levanta, temblando igual que yo, a abrazarme.

—¿Estás bien? ¿Está todo bien?

—Sí, sí... Miwa entró hace una hora.

—¿Y cuánto estará ahí?

—Los doctores estimaron que tres a cuatro horas, no lo sé, estoy nervioso.

—¡Papi!

Akemi llega corriendo hacia él y Toshio se agacha para abrazarlo. Diviso a Kageyama caminar con Midori en brazos, a su lado, una mujer castaña camina preocupada.

¿Y quién es?

Ni yo lo sé.

—Lamento la tardanza, fui a buscar a los niños.

Mi mirada se dirigió a la chica. Y ella, al notarlo, se presentó avergonzada.

—Soy Mika Kimura, la asistente de Tobio-san.

¿Tobio?

—Y él es Shoyo, mi marido —presentó por mí.

Mika estiró su mano y la estreché atontado.

—¿Y mi hermana?

—Pariendo —respondí obvio. Kageyama suspiró—. Los médicos dicen que estará bastante tiempo ahí dentro.

—Qué nervios —murmuró.

—Sí... ¿podemos hablar?

—Seguro...

Kageyama le dio la niña a Toshio y me siguió, saludando a los niños con su mano en el camino. Simplemente nos alejamos unos cuantos pasos, dejé que Tobio le diera la espalda a la secretaria porque, vaya, nos estaba mirando.

—¿Cuándo pensabas decirme que tenías una nueva mujer trabajando para ti?

Parpadeó atontado.

—¿Se supone que tenía que decírtelo?

—Sí, supongo —me crucé de brazos—. Siempre nos contamos todo y ahora me entero que tienes nueva secretaria.

—Solo pensé que no sería importante —suspiró.

—Lo era. ¿Por qué te dice Tobio?

—¿Porque es mi nombre?

Apreté mis labios.

Sé que mi actitud no es correcta. ¿Podrían dejarme en paz?

—¿Te molesta? —Kageyama preguntó arreglando mi cabello. Asentí suspirando con fuerza—. Es porque estás celoso. ¿Ya ves como se siente?

—Bueno, Atsumu no me dice Shoyo.

—Sí lo hace.

—Pero tampoco es algo que me importe —clavé mis ojos en los de él.

—A mi tampoco me importa que me llamen por mi nombre.

—No confío en esa mujer.

—Lo sé, pero no puedo despedirla.

—¿Y por qué está aquí?

—Se preocupó por Miwa.

Kageyama aprovechó el momento para tomarme de la cintura. Volví a suspirar.

—Sigo enojado contigo.

—¿Qué tengo que hacer para cambiarlo?

—Dejar tus celos con Atsumu y aceptar que el domingo almorzaremos con ellos.

—¿Qué? —su sonrisa se borró y reí.

—Intenta simpatizar con Atsumu, Tobio-san —dije divertido, tomando sus mejillas y dejando un beso en su frente.

Él bufó.

Cuando volvemos a acercarnos a la multitud, Mika se despide de nosotros, diciendo que el jefe de Kageyama la ha llamado.

¿A alguien le importa?

¿No?

Bien, sigamos con la historia.

Las horas pasan y cada vez la ansiedad crece. Nerviosos por saber qué está pasando con Miwa y sin respuestas solo empeora todo más. Toshio es un lío de nervios y Akemi no sabe qué hacer.

Pero por suerte toda la espera se acaba y el doctor sale.

—¿Familiares de Miwa Kageyama?

Todos nos paramos.

—Bien... Felicitaciones, ha tenido una bebé de tres kilos exactos.

Pero a nadie le importa eso. Como ya sabemos el procedimiento y a dónde está Miwa, hacemos a un lado al doctor y corremos al cuarto.

El nos pide que nos calmemos pero volvemos a pasar de él.

Entonces cuando entramos a la sala de parto, una mujer realmente hermosa, con sus ojos cansados y su cabello corto y despeinado, nos mira con una sonrisa tranquila mientras tiene en sus brazos a Hana.

Ah... ¿será este el momento perfecto para expandir nuestra familia?

Crónicas de unos Padres Inexpertos | Kagehina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora