Seis meses con las niñas.
No hay emoción porque la casa es un desastre.
Akira entró en la etapa de «no son mis padres, no pueden mandarme».
Haru y Akiro están celosos de Akira.
Kira vive llorando.
El único que se salva es Abominable.
—¡Ya déjame! —Esa fue Akira.
—¡Te dije que no! —Ese fui yo.
—¡Siempre le das todo a ella! —Ese fue Akiro.
—Los odio... —Ese fue Haru.
—¡No puedo creer que digas eso! —Y ese fue Hinata.
Akira nos ha dicho que Eiji Iwaizumi es su amigo, y que no lo conoceremos hasta que ella se sienta segura. Bien, lo aceptamos, no hay problema. Lo malo de esto es que se distrae tanto con él, que ya no hace las cosas de la escuela y falta a los entrenamientos. ¿Nos hemos enojado? Claro que sí, quitándole el teléfono pero no le importa. Es increíble lo rebelde que es esta niña.
Por prestarle tanta atención a Akira, Haru y Akiro se han enojado; «¡Siempre con Akira!», «Akira esto...», «¡Akira aquello». Son insoportables y celosos.
—¡Reunión familiar! —gritó Hinata cansado.
Los gritos em la casa se detuvieron.
Él señaló el sofá y todos caminamos ahí, sentándonos. Miradas molestas intercambiándose, mientras que Kira juega en mi regazo y Abominable muerde un juguete en la alfombra.
—Bien, ya que todos estamos en silencio y en paz. ¡Hablemos, porque me tienen cansado! —Hinata enojado no es algo que se ve todos los días—. ¡Desahoguense, vamos!
Akiro y Akira intercambian miradas.
—Me caes mal —dicen a la vez.
—¡Vuelve al orfanato, niña tonta!
—¡Akiro!
—¡Tú vuelve al útero de tu madre, oh, cierto, no tienes!
—¡Akira!
—¡¿Qué!? —me miró furiosa—. ¡Fue tu marido el que nos hizo desahogarnos!
—¡No es necesario hablar de esa forma! —devolví el grito. Haru, Akiro y Hinata nos miraban atentos—. ¡Y tampoco tienes por qué decirle eso!
—¡Es la verdad! —exclamó—. ¡Y ustedes no son sus padres!
—¡Y tampoco somos tus hermanos pero te tenemos que soportar! —devolvió Akiro.
—¡Puede que no lo seamos realmente pero eso no significa que no te amemos como si lo fuéramos!
—¡¿Amarme!? —me miró indignada—. ¿¡Cómo pueden amarme si me conocen desde hace menos un año!?
—¡Porque sí, así somos los padres! —Hinata exclamó y Akira negó.
—¡Ustedes no me aman!
—¡Claro que sí! —me acerqué, tomándola de los hombros. Ella me miró exaltada—. Puede que no nos consideres tus padres realmente, pero nosotros te consideramos nuestra hija. Y...
—¡Y te amamos! —Hinata se puso a su lado—. Pero eso no significa que puedes tratarnos como si no fuéramos nada.
—Oh, ¿ahora se van a abrazar o qué? —Akiro puso los ojos en blanco.
—Cállate —dijimos los tres a la vez.
—Y ustedes dos —dijo Hinata—. ¿Van a unirse o qué?
—No me gustan los abrazos —Haru suspiró.
—¿Tú crees que me importa?
Bien, ¡salto de tiempo!
La relación con Akira, a pesar de la Increíble escena cliché de toda película, sigue siendo asquerosa. Actúa rebelde, no le interesa nada y nos han dicho que es completamente normal.
—Así que... ¿qué color?
—Los colores no importan, Tobio —dice observando—. Lo importante es que tengan alas.
—¿Para qué necesitan alas? —murmuré confundido.
—Y también tengo que ver si son finas o no...
Suspiré.
—Bien, ¿y qué marca?
—Económicas.
—¿Y son buenas?
—No mucho.
—Entonces compra estas —tomé un paquete y lo señalé.
—Esas son caras.
—¿Y son mejores?
—Sí...
—¿Entonces?
—No puedes gastar tanto en mí.
Fruncí mi ceño.
—Claro que puedo. Eres mi hija.
Ella se me quedó viendo y suspiró, luego volvió su vista al paquete de toallitas femeninas.
—¿Siguen con eso?
—Nunca dejaremos de decirlo —me encogí de hombros.
—¿Por qué me adoptaron?
—Porque eres increíble.
—¿Solo por eso?
—¿Qué más quieres? —sonreí, mirándola. Ella desvió la mirada—. Nos llamaste la atención por tu gran corazón y amor por lo que haces, también porque no quisiste irte con nosotros por Kira. Porque eres una chica increíble, Akira.
—¿Y en serio me aman?
—Claro que sí. Daríamos la vida por ti, al igual que lo haríamos por Kira, Haru y Akiro.
—Pero... no nos conocen a mí y a Kira.
—Pero confíamos en ustedes. Y las amamos. Con el tiempo las conoceremos, mucho mejor que a ustedes mismas.
Apretó sus labios.
—Supongo que podría acostumbrarme.
—Poco a poco...
—Sí... y supongo que también podría empezar a llamarte papá —me miró.
Yo sentí mi corazón hincharse de alegría.
Mi pecho se infló y sentí una increíble tranquilidad caer sobre mis hombros...
Pero solo sonreí.
—Sería lindo, sí.
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Crónicas de unos Padres Inexpertos | Kagehina
FanficTERCER LIBRO DE "CRÓNICAS DE..." KAGEHINA. EL ANTERIOR ES "CRÓNICAS DE UNA PAREJA PRIMERIZA". -Kageyama y yo hemos crecido. ¡Y vaya que sí! Ahora tenemos una casa, un auto, un gato y sueldos estables. -Por eso mismo, decidimos adoptar un niño. -Que...