Capítulo 1. Jefe Cruel.

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—Grandes actos de violencia se llevaron a cabo esta semana en el corporativo por tu mala cabeza Sebastián ¿Acaso no piensas que tus actos pueden arruinar mi empresa? –por alguna razón él no dejaba de hablar —Sebastián ¿Me estás escuchando? –su voz sonaba alto por teléfono, pero yo apenas y lo oía, deje el móvil en la mesita de noche, esperando que mi molesto padre deje de hablar, tan solo esperando que se calle.

—Sí, la empresa... Es lo único que mi cerebro está captando, ya que a mi padre solo le interesa su empresa y el beneficio que saqué de la mía, su interés solo ronda en eso, al contrario de mí, que no me interesan sus cosas, hace años dejó de importarme algo referente a él o a su familia, sólo aborrezco tener su sangre –Sebastián se mueve entre las sábanas suaves de su cama, soportando la resaca de la noche anterior, se coloca el brazo arriba de sus ojos y sin darse cuenta, la mañana había llegado.

—Buen día, guapo.

Sebastián escucha a alguien llamarlo, se giró sobresaltado para saber ¿Quién era? —¿Eh? ¿Quién coño eres tú? –le pregunta el apuesto hombre a la mujer a su lado.

—Guapo ¿No recuerdas? Soy la compañía que pediste anoche –ella se acercó a él colocando sus manos en su pecho, con una sonrisa pícara en sus labios y unos ojos lleno de avaricia, le dice —Guapo, debes pagar mi tarifa.

—Maldita sea, ahora me acosté con otra puta más— dijo mentalmente, mientras se giraba para buscar en su cartera dinero —Toma y vete.

—No quieres que... –su voz se suavizó y dijo —¿Desayunemos?

Él la miró y su furia que desde temprano fue avivada, se disparó en segundos —¿Eres sorda? Te dije que te fueras –después de decirle eso, solo veía como la morena se levantaba desnuda de su cama, mostrando ese gran y plástico trasero y qué decir de esos pechos, eran bonitos, pero todo es falso, como todos los que lo rodean a él.

Recuerdo de la noche anterior:

—Hola guapo ¿Por qué tan solo? –Sebastián se giró para ver a la chica que le hablaba y a la primera vista le desagradó, así que le contestó de forma grotesca —Y tú ¿Por qué tan ofrecida? –después de decirle eso, vio como la mujer se iba enojada moviendo su cadera de un lado a otro, al quitarle la mirada de encima, el apuesto hombre empezó a recordar su nefasto día de hoy y el hecho de porqué estaba tan molesto ¿La razón? Solo era su padre y hermanastro, sus subordinados le habían dado la noticia de que su padre quería dejarle todo sus esfuerzo y trabajo a su hermanastro, es decir, su empresa personal —¡Mi hermanastro! –dijo en un tono duro y lleno de hostilidad, ese hermanastro de él, es un tipo que solo ha sido un parásito para toda su familia, alguien en quien no se puede confiar, pero recordaba que ese parásito es el hijo preferido de su padre, al punto de que lo complace en todo –Sebastián exhaló el aire acumulado de sus pulmones y se tomó el vaso de Whisky que tenía en sus manos, en ese momento recibió una llamada de su mejor amigo Thomas, apenas le contestó escuchó su alarmista voz.

—Sebastián ¿Dónde estás? Te estoy esperando en la planta de arriba.

—Dale, ya subo –le respondió mientras se encaminaba a la segunda planta de ese famoso sitio.

Thomas es un viejo amigo de negocios y no solo eso, sino que es su gerente de finanzas y abogado de la compañía, misma compañía que él, con sus propias manos, capacidades y esfuerzo creó para darle un nuevo giro a su propia vida, el famoso ¡Corporativo Lucifer! Es algo extravagante, pero su propio nombre lo dice todo del dueño, siendo él, el mismo demonio de los negocios, sus grandes capacidades de negociar le han llevado a crearse un título en todas las altas y famosas calles de Alemania y no solo eso, sino que en el bajo mundo le tienen miedo.

Jefe Cruel y su DamiselaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora