Capítulo 9. Fin de semana raro.

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Al día siguiente era domingo, Sofía se levantó tarde ya que anoche no logró conciliar el sueño por pensar en la actitud extraña de su nuevo jefe Sebastián Alberto Dominic y cada vez que cerraba los ojos se imaginaba a ese hombre sexy desnudo. Se levantó con unas pequeñas ojeras bajo sus ojos —Carajo, no logré dormir nada por culpa de ese tipo –en ese tiempo, se levantaba para asearse, el móvil que dejó cargando en su mesita de noche empezó a sonar, no miró el identificador porque todavía estaba media dormida —Buenos días –dijo ella en un tono algo ronco.

—¡Sofí!

Sofía se despabiló con esa voz, su furia aumentó enseguida —¿Qué haces llamándome? Me abandonaste con ese tipo, como puedes ser tan descarado en llamarme.

—Sofí, perdóname, pero no sabía qué hacer, además, ya no está en el país y por alguna extraña razón no pude conectarme con él, así que fui a su oficina y me dijeron que se había ido a su país, perdóname por favor, de verdad no quería abandonarte, pero no podía encararlo.

—¿Perdonarte? Ni lo sueñes, no me vuelvas a llamar, porque te juro que iré donde tú padre a decirle todos tus trabajos sucios.

—Sofía, perdóname por favor.

—Te dije que no y no me vuelvas a llamar de nuevo –¡Clac!, fue el sonido de la llamada colgada —¡Ay! Como se le ocurre llamarme después de dejarme sola con ese montón de matones, sino fuera por Sebastián, hoy no la estaría contando –dijo ella ahora de muy mal humor. El móvil volvió a sonar de nuevo, ella lo tomó y gritó furiosa —¿Acaso eres sordo? Te dije que no me llamaras más.

—Hija ¿Pasó algo?

—¿Papá? –Sofía quería golpearse con algo por haber gritado así y sobre todo no ver el registro de la llamada —Como lo siento, disculpa no vi el registro de la llamada, pensé que era otra persona, dime ¿Cómo estás?

—Estoy bien hija, te llamaba para decirte que el hospital ya ha recibido el pago completo por los meses atrasados ¿Quería saber cómo conseguiste el dinero hija? No me gusta que trabajes tanto.

—¿Cómo? ¿Qué pago, Papá? ¿Quién te dijo eso?

—La doctora Laurete me acaba de dar la factura hija ¿No fuiste tú?

Sofía se quedó totalmente en blanco, no sabía que estaba pasando —¿Cómo es eso posible? ¿Será que Roberto lo pagó por sentirse mal por lo de anoche? –se preguntó ella mientras se mantenía callada.

—¿Sofí estás ahí?

La voz de su padre la hizo reaccionar —Papá, sí tienes razón, es que he estado algo ocupada que no me acordaba de ese pago, ahora paso hablar con la doctora Laurete.

—Está bien hija, acá te espero.

Al cerrar la llamada, ella se mordía los labios pensando quien podría ser, pero no se le venía nadie en la mente, solo pensaba en Roberto y con eso en mente le marcó.

—¿Sofí me perdonaste?

—¿Pagaste el hospital de mi papá?

—¿Hospital? Claro que no, sino me ayudaste a cerrar el negocio, además, debes devolverme los siete mil dólares que te aboné –dijo descaradamente Roberto.

—Ni lo sueñes, ese dinero es mío ahora.

—¡Sofí! ¿Aló? Sofí, maldición me volvió a colgar –suspiró Roberto derrotado.

Al colgar, su mente volvió a quedar en blanco sin tener una respuesta para esto —Sino fue Roberto, entonces ¿Quién pagó el hospital de mi papá?

24 horas antes

Jefe Cruel y su DamiselaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora