Jefe Cruel y su Damisela

Capítulo 53. Buscando una solución por ti.

—Gracias hijo –le dijo Sebastián revolviendo el cabello castaño con mucho cariño —Por favor, Dante, cuídalos por mí mientras resuelvo todo esto, Donatello prepara el cambio de papeles de los niños, Antuan quédate conmigo.

—Déjalo en mis manos hijo, trae de vuelta a mi hija pronto, te estaremos esperando en la villa.

—Tranquilo hermano, yo cuidaré de mis tres sobrinos, y prepararé todo.

—Gracias Donatello.

Don Dante agarró a Amalia en sus brazos, mientras los niños iban de la mano de Donatello.

—Nos vemos Papá –dijo Derek algo triste porque no quería dejar a su papá ahora que lo tenía.

Pero, por otra parte, Damián le soltó la mano a Donatello y corrió a los brazos de su papá —Papá, no quiero alejarme de ti ahora que te encontramos.

Derek no se resistió más y soltó la otra mano de Donatello para imitar a su hermano —Papá yo tampoco quiero alejarme de ti.

—Mis adorados hombrecillos, papá jamás volverá a dejarlos solos, nunca pero nunca más, si les pido que vayan con el tío Donatello y el abuelo es por el bienestar de ustedes y de mamá, quiero que ustedes sean mis ojos y brazos para proteger a su hermana ¿Me lo prometen? –los niños sacaron el rostro del fuerte pecho de su padre para afirmar un sí con sus cabecitas —Donatello cuídalos con tú propia vida.

—Dalo por hecho hermano.

Los niños al final decidieron irse con Donatello y el abuelo, por otra parte, Bastián ya se había levantado del piso, estaba frustrado, molesto, él jamás pensó que ese momento llegaría tan pronto, durante cuatro años le dio espacio a Sofía, pero cuando quería intentarlo con ella, aparecía este hombre.

—¿Quién eres? –le preguntó algo furioso Bastián a Sebastián.

—Ahora te interesa saber quién soy –con una mirada como zorro astuto y con las manos dentro de los bolsillo del pantalón Sebastián se paró al lado de la cama de Sofía, mirándola y con una de sus manos la acarició para borrar las caricias de Bastián, después se acercó a ella y la besó en los labios dulcemente, cuando se alzó de nuevo, sus ojos sólo denotaban maldad, una maldad tan pura e inquebrantable, haciendo que Bastián le costará respirar, ya que esos ojos eran muy aterradores —Me preguntas quién soy, la verdad pensaba no decirte pero ahora te diré quién soy –se puso en posición derecha, se veía un hombre realmente grande y sobre todo podía intimidar a cualquier persona y a cualquier hombre, el aura poderosa que lo envolvía era aterradora —Mi nombre es Sebastián Alberto Dominic, dueño del Corporativo Lucifer, esposo de Sofía Andrea Elin Schneider de Dominic y padre de tres hermosos niños Amalia Edith, Damián Alberto y Derek Di Angol, ahora dime Bastián hijo de Marc Bonnet y Alicia Fontaine ¿Cómo piensas luchar conmigo? –la mirada de Sebastián era arrogante, pero su nombre y posición lo personificaba de la mejor forma.

Bastián quedó pálido al escuchar el nombre del hombre que se suponía, era la persona con quien podía obtener la nanotecnología regenerativa y con algo de tartamudez le dijo —¿Eres tú el dueño de la nanotecnología regenerativa?

—Así es, pero ya que sé, que eres tú el hombre que quería mi tecnología, desde ya te digo, que jamás la tendrás y mucho menos a mi esposa –Sebastián era un hombre dominante por naturaleza, además, de que era imponente, seguro de sí mismo y no solo eso, sino que la arrogancia de sus palabras calaban los huesos de cualquier ser humano inferior a él, era un hombre que proyectaba miedo solo con su mirada.

Bastián no podía seguir presionando más, así que decidió tomar su carta de triunfo, misma que derrumbaría la vida de muchos —Bueno la verdad ya no es de importancia, porque cuando Sofía despierte, te darás cuenta que está conmigo y no contigo y por si no lo sabías ella y yo estamos legalmente casados, sino me crees puedes ir al registro civil –al final de decir eso se dio media vuelta y salió de la sala con la cara de victoria momentánea, porque aún no podía rendirse si antes esperar que Sofía abriera sus ojos.