Capítulo 35. ¡Eso es mentira!

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Don Dante volvió hablar en un tono serio y lleno de molestia hacia su sobrino —Ya te dije que no permitiré que te cases con Sofía.

—Dime la razón tío, solo dime que te ha inventado este demonio de Dominic.

—Nada, solo averigüé la verdad, una verdad que me perdí hace veintiocho años atrás.

—¿De qué estás hablando? –las dudas en el rostro de Alessandro eran grandes.

—Hablo de que tú y Sofía son primos de la misma sangre, por eso no puedes casarte con ella, además, ella es mi hija biológica y primogénita.

Los ojos de Alessandro se abrieron grandemente, él no podía creer lo que su tío le estaba diciendo —¡Eso es mentira! –se levantó agarrando su largo cabellos con frustración —Claro que debe ser una mentira, este maldito te está usando tío ¿Por qué le sigues creyendo? ¿Qué es eso de que Sofía es tú hija? Todo es una maldita mentira de este bastardo –miró a Sebastián con un odio indescriptible en sus ojos, en ese preciso momento Alessandro cometería el peor error de su vida, Alessandro sacó un arma de su chaqueta y le dio un tiro a Sebastián cerca del corazón.

Todo fue como si el tiempo se detuviera, nadie se dio cuenta del arma en su chaqueta y mucho menos de la desgracia que su propio sobrino estaba haciendo, Joshua se apresuró a detener a Alessandro con una llave de Jiujitsu para someterlo en el piso, mientras Don Dante agarraba apurado a Sebastián que estaba tirado en sus brazos lleno de sangre.

En la sala de videovigilancia, la misteriosa mujer miraba todo lo que sucedía en la casa de Dante, ante la impresión de lo que veían sus ojos, ella gritó a todo pulmón —No... Era un no lleno de tragedia y miedo, salió corriendo de la sala de videovigilancia hacia la sala de estar, corrió a los brazos de Sebastián —Dante, llévalo rápido arriba a mi clínica que lo voy a atender rápidamente –gritaba la mujer llena de miedo en sus ojos con lágrimas.

Con el eco del disparo, Penélope que estaba en la planta de arriba realizando unas averiguaciones de la desaparición de Sofía, escuchó el estruendo y salió corriendo para encontrar la escena de Sebastián tirado en los brazos de Don Dante, mientras que Donatello, estaba bajando del automóvil para avisar sobre las nuevas averiguaciones del paradero de Sofía, cuando estaba abriendo la puerta escuchó lo mismo y al entrar la escena lo impactó tanto que cayó de rodillas diciendo —No, otra vez no Sebas.

Se llevaron a Sebastián a la clínica especializada de la mujer misteriosa, Penélope la seguía de cerca, no dudó en darse cuenta de quién era ella, estaba muy impactada con todo, porque la presencia de esa mujer daba escalofríos.

—Penélope, sé que tienes muchas preguntas, pero ahora no es el momento, debemos salvarle la vida a Sebastián, no permitamos que se muera.

Ellas procedieron hacerle reanimación cardiopulmonar porque su corazón se había detenido, fuera de la sala estaba Donatello impactado con la presencia de esa señora y sobre todo por el disparo de Alessandro, dándose la vuelta fue en busca de ese bastardo.

Don Dante estaba con su sobrino —Ruega a los dioses que se salve Sebastián, porque si se llega a morir, mi hermana me odiará por matarte –las fuertes palabras de Dante hicieron estremecer todo el cuerpo de Alessandro.

—Tío yo... –las palabras no salían de la boca de Alessandro por lo que acababa de hacer.

—¡Cállate! Ahora mismo no soy tú tío, soy tú enemigo, ese hombre que está ahora peleando por su vida, es mi yerno, el amor de la vida de mi hija Sofía, ahora le has arrebatado eso a ella, no soy tú tío y por ella no permitiré que nadie le haga daño, aunque me toque matar a cada miembro de mi familia, lo haré solo para protegerla con mi vida del sufrimiento –las fuertes palabras de Don Dante, hicieron que Alessandro se pusiera más nervioso, agachó la cabeza rogando porque esa bala no haya tocado el corazón de Sebastián —Joshua, búscame a Donatello.

Jefe Cruel y su DamiselaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora