Capítulo 28. ¡Mi futura esposa!

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A los pocos minutos, los dos se arreglaron en el avión de forma rápida y consensuada, sobre todo porque tenían que salir para la reunión importante con él socio, Sofía y él salieron de la habitación con las manos entrelazadas como una vieja pareja de casados, ella vestía unas sandalias color blancas, su vestido era negro con flores blancas, se dejó su cabello suelto con algunas ondas, por otra parte, Sebastián vestía un pantalón de color caqui y un suéter de cuello negro haciéndole ver sexy y poderoso, toda su aura era increíble, su cuerpo era una gran seducción para las mujeres, cuando salieron, vieron a Donatello afuera esperándolos.

—Buenas tardes, jefe, señorita Clear.

—¿Tú? ¿Tú no eres de la fundación? ¿Qué haces aquí? –miro incrédula y con muchas preguntas a Sebastián —¿Por qué te dice jefe?

—Cierto cariño, se me olvidó decirte que Donatello es el hermano menor de Antuan, es uno de mis amigos y lo de la fundación –se tocó el cabello con algo de vergüenza —¡Bueno eso! ¿Cómo te explico eso? Bien, seré sincero contigo, la fundación solo fue una excusa para ayudarte a operar a tú papá.

—¿Y hasta ahora me lo pensabas decir? –Sofía cruzó sus brazos con picardía entre sus pechos, levantando su busto grande para provocarlo

Él la miró dulcemente y se le acercó —Pequeña traviesa, disculpa, pero necesitaba que tú papá fuera operado, sino hoy no estaría, además, se lo importante que es él para ti mi dulce Sofí.

Donatello miraba con la boca abierta y los ojos grandes la forma cariñosa con la que él trataba a Sofía, no podía creer que él fuera ese hombre cruel que conoce, ese jefe frío y despiadado que podía aniquilar a cualquiera solo con la mirada, hoy se sentía fuera de base, como si lo que viera era un extraterrestre de otro mundo.

—Bueno, pero debiste decirme, confío en ti, pero no me mientas de nuevo por favor.

Con eso los dos se encaminaron para ir al almuerzo en uno de los restaurantes que le dijo el socio. Dentro del automóvil Sofía admiraba el paisaje de ese increíble país, las flores, los edificios, todo aquí era realmente hermoso.

—¿Te gusta el lugar?

—Sí, es fascinante todo.

—¡Casémonos aquí!

Donatello que venía manejando casi se atraganta con su propia saliva al escuchar a Sebastián decirle eso tan abiertamente a Sofía.

Sofía sonrió por sentir ese amor, pero la sonrisa se perdió cuando ella le respondió —Sabes que eso es imposible, tú te debes casar con Olivia y yo con Alessandro, además, Alessandro es una buena persona.

Sebastián estaba enojado porque ella hablaba de otro hombre, así que se acercó a ella para decirle —Pequeña damisela, tú eres mía, eso me lo demostró tú cuerpo, alma y corazón.

Ella le regaló una bella sonrisa, era tan hermosa que con la entrada del sol podía ver que sus ojos estaban más brillantes que nunca, sus ojos eran únicos en este mundo —Sabes Sebastián, eres un hombre muy encantador ¿Te lo habían dicho antes?

La dulzura con la que ella se lo dijo hizo latir mucho su corazón y con más decisión decidió convertirla en su futura esposa —No, la verdad es que no me lo habían dicho antes.

—¿Seguro?

—Bueno, quizás si me lo hayan dicho, pero yo no les preste atención, no como lo hago contigo mi amor.

—¡Te creo! –ella se acercó a él y lo besó en los labios, luego se separó y siguió mirando la belleza del paisaje que pasaba en el recorrido, ella estaba enamorada de ese lugar, era hermoso.

Jefe Cruel y su DamiselaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora