Capítulo 64. ¡La boda y su gran final!

1.2K 30 6
                                    

—Papá ¿Puedo llevar los anillos? –preguntó Derek.

—Claro mi niño.

—Y yo ¿Qué voy a hacer? –esta vez preguntaba una mimada Amelia.

—Tú mi princesita, serás la damita de honor de mamá, me acompañaras cuando tú abuelo y Damián nos lleven sobre la arena juntas ¿Te parece bien?

—Sí mamá, claro que sí.

El avión privado de Sebastián los llevaba de vuelta a Italia, todos estaban realmente felices, sobre todo Sofía de poder regresar a un país con tantos recuerdos buenos y algo tristes, pero es uno de los recuerdos más hermosos, porque ahí fue que sus hijos fueron procreados por el amor de dos almas.

—¿En qué piensas preciosa mujer? –le preguntó Sebastián.

—Solo pensaba que Italia es el lugar donde tenemos más recuerdos, donde conocí a mi padre y donde se inició ese viaje especial de nuestros hijos –con una bonita sonrisa Sofía le dio un beso en los labios a Sebastián.

—Mi amor, ahí será el lugar donde nuestra hija nacerá, será el lugar donde seguiremos amándonos hasta volvernos unos viejos arrugados.

Sonriendo felizmente Sofía se sentía plena nuevamente —Mi amor ¿Por qué piensas que será una niña? –preguntó dudosa Sofía.

—Porque siento que será una hermosa y bella niña, otra niña será maravillosa, porque tendré tres princesitas que cuidar –dijo él que la abrazaba —Y si llega hacer una niña quiero que se llame Elora –Elora repetía Sofía mientras pensaba que ese nombre era muy especial —¿Te gusta amor?

—Sí, me parece un muy bonito nombre para esta princesita, nuestra Elora la aventurera.

—Así es, Elora será una aventurera como sus padres.

En un transcurso de tres horas, llegaron a la gran casa de Sofía y Sebastián, esa era la casa que Sebastián había mandado a construir cuando se enteró que iba hacer papá, durante el tiempo que supo que eran tres bebés, mandó hacerla más amplia y grande, porque la meta de él era tener por lo menos cinco hijos con Sofía, así que la casa era realmente grande y muy bonita.

—Familia hemos llegado –dijo Don Dante y dentro de la gran casa estaba esperándolos Frank el padrastro de Sofía con la nana de Sebastián la señora Teodora, durante esos años, Frank salió bien de la operación y con la ayuda de su amigo Dante y Eleonor, logró salir de Alemania para poder vivir con ellos en Italia, también se trajeron a Teodora, que con mucha paciencia con la nanotecnología se logró recuperar la memoria y vencer el Alzheimer que la estaba afectando, ahora ellos dos estaban casados y eran muy felices.

Sofía nunca pensó que se volvería a encontrar con el hombre que la educó y la crio, su padre Frank —Papá –dijo una llorosa Sofía corriendo para abrazarlo.

—Cariño con cuidado –advirtió Sebastián recordando que ya tenía casi tres meses.

—Mi pequeña, te he extrañado mucho durante estos años –le dijo Frank con lágrimas en los ojos.

Don Dante que miraba todo esto abrazando a su esposa Eleonor —Me pondré celoso mi niña –todos rieron felizmente.

—Tranquilo Dante –le dijo Frank —Esta pequeña princesa jamás te la podría quitar, la crie con mucho amor para que pudiera ser fuerte y poder encontrarte.

—Gracias gran amigo –Dante se acercó a él para abrazarlo y agradecerle todo lo que hizo por su hija Sofía.

—Nana –llamó Sebastián tomándole las manos arrugadas de la segunda mujer más importante de su vida, después de su madre.

Jefe Cruel y su DamiselaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora