Capítulo 23. ¿Por qué paso esto?

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Minutos antes de que Sebastián se parara a contestar la llamada, le había mensajeado por WhatsApp a Thomas, para que le hiciera una llamada y con esa excusa poder salir a buscar a Sofía.

—Gracias por llamarme, hablamos más tarde –con eso terminó la llamada.

Iba a caminar para los baños de damas, pero miró hacia el final del pasillo por inercia y decidió caminar hasta allá para encontrarse con Sofía llorando, la escena le partió el corazón, era un sentimiento que no entendía a la perfección, solo sabía que le dolía el pecho al verla así, se acercó silenciosamente por detrás de ella y la abrazó muy fuerte, el aroma era tan embriagador que no quería soltarla, Sofía se exaltó pensando que era Alessandro, cuando se giró vio a Sebastián, ella quería zafarse de él pero él la besó, fue un beso fuerte, uno que jamás le había dado, lleno de molestia, rabia, dolor y resentimiento hacia todo lo que estaba pasando, el beso se convirtió en algo salado, abriendo los ojos vio a su hermosa damisela llorando —¡No llores! Que no me gusta verte así Sofí, no entiendo porque pasó esto, de verdad no entiendo ¿Cómo te convertiste en mi media hermana de la nada? Pero ya puedo comprender el cómo conocías a Roberto y sobre todo ya sé quién es la maldita mujerzuela que te abandonó a los tres años –él la consolaba y el llanto de ella era cada vez más fuerte —Sofí ya, no llores así que me duele mucho el corazón, además, pensarán que te hecho algo malo, si quieres nos vamos y los dejamos a todos ahí.

—No, no podemos, tampoco entiendo el ¿Por qué de todo? Pero entiendo que no debemos estar juntos, pensé que eras un hombre leal, pero hoy me entero de que te vas a casar, además, yo también lo haré, tú y yo no estamos destinados a estar juntos, esta es la realidad –Sofía seguía con unas grandes lágrimas en sus brillantes ojos.

—Sofía mírame –llamó Sebastián en un tono autoritario —Olivia es una chica que conozco desde que era niño, su madre era la mejor amiga de mi madre, lastimosamente pospuse por mucho tiempo este día, tampoco pensé que me llegaría a enamorar de ti y mucho menos que sentiría todo esto por ti, pero no soporto verte con otro hombre, tú estás destinada hacer mi esposa, la madre de mis hijos –Sebastián decía todo lo que su corazón le transmitía a su cerebro, porque si fuera su cerebro el que hablará, ahora estaría siendo un increíble patán con ella, pero simplemente no podía hacerlo. Él terminó ese discurso para seguir besándola sin darle el chance de refutar sus palabras, ella quería dar por terminado todo esto, así que simplemente lo apartó con fuerza para darle una fuerte bofetada, pero no contó que Sebastián sería más ágil y le agarró la mano a tiempo —¡Oh! Pequeña traviesa, te estás portando mal de nuevo Sofí, creo que debo castigarte por eso.

Sebastián quería llevarse a su mujer de este lugar, pero ella se lo prohibió —¡Detente! es suficiente Sebastián, ya tomé mi decisión y me casaré con Alessandro por el bienestar de mi padre.

Con esas palabras Sebastián logró darse cuenta de que algo estaba mal en todo esto, sobre todo sonaba como si la estuvieran obligando —Sofía, acaso ¿Marta te está obligando?

Sofía quería decirle la verdad, quería que él la entendiera, pero prefirió mentir —No, es decisión mía, ya estoy en edad de comprometerme, además, tú padre y Marta les beneficiará esta unión y yo lograré salvar a Frank.

Mientras tanto, dentro de la sala Alessandro se preocupó por Sofía, así que salió de la sala para buscarla, se dio cuenta que había alguien hablando al final del pasillo en la terraza, caminó hasta dar con Sofía —Mi amor, estás aquí, estaba preocupado por ti.

Sebastián estaba irritado y malhumorado al escuchar a ese maldito hombre llamar a su mujer de esa forma, su tono lúgubre salió dando paso a su descontento —Está conversando conmigo ¿Algún problema? ¡Cuñado! –decía esa palabra con gran sarcasmo.

Jefe Cruel y su DamiselaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora