Capítulo 43. Búsqueda.

442 16 0
                                    

¡Te amo! — Eran las últimas palabras escuchadas por la voz más tierna y linda de la persona que ama y que sigue amando con todo su ser Sebastián, él no podía entender, de que durante los siguientes seis meses no hubiera ningún rastro de Sofía, ni su cuerpo fue encontrado.

¡Sebastián! el fuerte, enigmático y poderoso dueño de Corporativo Lucifer, estaba sentado en el borde de su cama, con unas grandes ojeras en sus hermosos ojos azul y verde, su larga cabellera le cubría el rostro que tenía agachado, mientras una abundante barba cubría sus carnosos y rosados labios. El trance de sus pensamientos fue interrumpido por la puerta de su casa —Adelante – dijo mirando a la persona que iba entrando, le preguntó —¿Tienes alguna noticia?

—Lo siento, todavía no hay rastro de nada, pero encontramos algo que creo que deberías tener.

Levantándose de la cama y caminando hacia donde estaba uno de sus mejores hombre y amigo, Antuan —¿Qué es Antuan?

—Creo que esto es de ella.

Antuan le entregó una pequeña joya, esa deslumbrante, pero pequeña joya que él le regaló para un compromiso de vida todavía tenía un brillo deslumbrante, era pequeño, pero con un significativo símbolo del amor de ellos dos, al jurarse que se amarían toda la vida, era el anillo de compromiso que él le dio. Mirándolo se dio cuenta que estaba incompleto —Antuan, falta el otro pedazo de este.

—Solo encontramos eso en donde ella se supone que había caído Sebastián –Antuan miraba a su mejor amigo decaído, triste y con un aura de desolación, había perdido algo de peso y masa muscular, estaba irreconocible —Pero seguiremos buscando Sebastián, no nos daremos por vencidos –le aseguró Antuan para llenarlo de esperanzas.

Sebastián cayó de rodillas con grandes lágrimas en los ojos, hasta el más cruel ser humano de la tierra podría llorar, pero este hombre perdió lo más valioso, que era ella y él bebé en camino, Sebastián no dejó de llorar tomando en sus grandes manos ese anillo como símbolo de que ella aún estaría con vida. Antuan lo agarró para abrazarlo, a pesar de ser su jefe, ellos eran amigos, se criaron juntos, al final eran una familia.

Las frágiles palabras de Sebastián salieron —Gracias Antuan, quiero estar solo por favor, dile a Donatello que no volveré a la empresa, te pido hermano que te encargues un poco más por favor.

—Déjanoslo en nuestras manos, nadie sabrá que no estás, confía en tú familia.

Hace seis meses atrás

—Señorita, ya despierta.

—¿Dónde estoy?

—Estas en un barco pesquero, nos dirigimos ahora mismo para Francia a dejar nuestra mercancía ¿Cómo se llama señorita?

—¿Cómo me llamo? –ella estaba confundida —No lo recuerdo, no recuerdo nada –se tocó la cabeza sintiendo mucho dolor —¡Ay! Me duele.

—No, no se toque ahí, tiene una herida que nuestro doctor interno del buque atendió, la encontramos cerca de las redes de pesca, por suerte no se ahogó, además, señorita el médico dijo –el capitán del buque pesquero hizo una pausa para contarle lo que su médico le contó a la tripulación.

—¿Qué dijo el médico?

—Señorita, usted está embarazada de dos meses, por suerte él bebé está sano y tiene un corazón fuerte.

Tras esas palabras, las lágrimas de Sofía salieron involuntariamente sin control, se tocaba el abultado vientre —¿Estoy embarazada?

—Sí, pero no se preocupe, nuestra cocinera la ha estado cuidando muy bien, nosotros, como sabrá somos hombres y somos rústicos, por suerte siempre llevamos a nuestra cocinera, ella es mi esposa Alicia, mi nombre es Capitán Marc.

Jefe Cruel y su DamiselaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora