Capítulo 48. Me llamo Sofía y ¿Tú eres?

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—Sí, es realmente algo interesante –mientras Marc divagaba en sus pensamientos, se le pasó esas tres adorables caritas idénticas a ese hombre que tiene al frente, los hijos de Sofía —Son realmente iguales a Sebastián ¿Será el su padre? ¿Será el esposo de ella? ¿La estaría buscando? — todas esas preguntas se las hacía en su mente mientras miraba desconcertado a Sebastián.

—Presidente Marc, puede seguir detallando que más necesita para la creación de los nuevos buques –la voz de Sebastián lo trajo a la realidad.

—Sí claro, disculpe, estaba pensando en una clase de Déjà vu –después de decir eso, Sebastián lo miró extrañamente —Bueno como te estaba comentando, este año tengo planeado reivindicarme en el mercado de los buques creados con tecnología más acertada al año, como verás, mi empresa es creada por mi esposa Alicia y mi persona, desde que éramos más jóvenes soñamos con tener lo que tenemos hoy, pero hace ya unos cuatro años y seis meses que llegó a nuestra vida una chica que nos ha ayudado a cambiar todos los estándares para que sea más proactivos a la industria actual, por eso, contactamos con usted ya que es el más grande en la industria tecnológica.

—Me halaga que haya pensado en nosotros y sobre todo en mi equipo de trabajo, podemos hacer un contrato para poder asegurarle todos nuestros mecanismo, nosotros colocaremos la tecnología con una mano de obra del 25% y ustedes colocaran la mano de obra del 75%, si usted así le parece bien presidente Marc.

—Claro, me parece una de las propuestas más claras y buenas para ambas partes –el toque de la puerta interrumpió la amena conversación comercial —Adelante.

—Buenos días, capitán Marc, disculpe el retraso.

Sebastián como Antuan, estaban de espalda a la puerta principal, escuchó la voz de una mujer, pero no se giró, porque no era nadie familiar, desde que entró a este buque se sentía ansioso, como si por algún motivo, sintiera la presencia de la persona que más ha estado esperando en su vida.

—Adelante Paula.

—Señor, ya llegó la señora Elin, pero me pidió que le entregara los últimos dibujos de la flota de los buques, ahora mismo no puede presentarse porque está con los trillizos.

—Entiendo, gracias, Paula, y por favor dile que me espere en su oficina que apenas termine aquí pasaré donde ella.

Mientras el señor Marc hablaba con Paula para darle algunas indicaciones, Sebastián sintió que alguien lo miraba por la espalda, en eso se giró y justo vio a un hombre de frente alto, bien parecido con ojos azules claros, cabello castaño y piel clara, al mirarlo quitó el rostro y se volvió a colocar en la posición que estaba recién.

Después de eso, Paula salió de la oficina realizando un pequeño saludo al señor Sebastián y a Antuan, con eso se retiró.

Cuando abrió la puerta dijo en un tono claro el nombre —Sofía, el presidente Marc dice que pasará a tú oficina –y con eso último sólo se escuchó la puerta cerrándose.

Sebastián se sentía intranquilo, su corazón estaba latiendo fuertemente con una sensación de salir detrás de esa mujer que se llamaba Sofía, sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz del presidente Marc.

—Mira, estos son los detalles del buque, sigo diciendo que Elin es la mejor de todas, ella llegó a nuestra vida para añadirle más color a todo, puedes observar los delicados detalles presidente Sebastián.

Sebastián miraba detallando el estilo del dibujo, sentía que ya lo había visto antes, los trazos delicados, la manera de sacarle luz a las partes oscuras con colores —Dígame presidente Marc, podría conocer a su dibujante.

Jefe Cruel y su DamiselaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora