Capítulo 39. No la encuentro.

424 15 0
                                    

—Claro que lo verás cuñada, pero ahora lo importante es que debemos ponerte a salvo, no sabemos quién puede seguir estando detrás de ti, ahora más con lo de tú padre.

—¿Mi padre? –Sofía se había exaltado, pensando que algo malo le pasó a su papá Frank en su operación —Dime Donatello ¿Le pasó algo a mi padre Frank?

—¡Oh! Cierto –se golpeó la frente Donatello —Cierto que no sabes la verdad —miró a Sofía que ya se veía pálida y preocupada —Primero debes respirar y escucharme con atención, no le pasó nada al señor Frank, todo lo contrario, él está bien y su operación fue todo un éxito, ahora debe recuperarse poco a poco, de quién yo me refiero es de tu padre biológico, lo hemos encontrado.

Sofía miraba a Donatello con una gran duda en su corazón, sus ojos lo miraban fijamente, para detectar si lo que ella acababa de escuchar era mentira —¿De qué estás hablando Donatello? –preguntó una temblorosa Sofía.

Donatello se paró cerca de una intersección para echar gasolina y poder seguir el camino hacia la casa de Don Dante —Bien Sofía, te explicaré todo, escucha con atención, tú ya conociste a Don Dante ¿Cierto?

—Sí.

—Bueno perfecto, Sebastián me pidió hacer una investigación de él contigo y Penélope hizo una prueba de ADN de ustedes dos con un 99.9% de compatibilidad paternal, él es tú padre biológico, él se acaba de enterar como tú, él no tenía la mínima idea que eres su hija, hasta que le mostramos las pruebas, por eso el gran parecido de ustedes dos, sobre todo sus ojos –le confesó Donatello.

Sofía miraba perpleja a Donatello, mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas rosadas —¿Lo que me dices es cierto? ¿No es alguna broma de ustedes? Entonces, Don Dante es mi padre, dime ¿Cuál es su apellido?

—Sí es tú padre, él se llama Dante Gisli Schneider Berntsen, es un gran hombre de negocios, es el mafioso más famoso de toda Alemania y el dueño de una de las últimas tierras vikingas de toda Noruega, en tú sangre corre una línea sanguínea de grandes personas y no solo eso, sino que Frank era amigo de Don Dante, ya que trabajaba con su madre hace muchos años, él te cuidó tan bien, para que al fin te puedas reunir con Don Dante –todo lo que decía Donatello llevaba en sus palabras gran admiración y respeto por Don Dante.

Sofía no podía creer nada de lo que escuchaba, se agarró el pecho sintiendo los fuertes latidos de su corazón —¿Dónde está ahora mi papá? –preguntó ella con deseo de verlo, abrazarlo y preguntarle muchas cosas.

—Se quedó con Sebastián para vengarse de esos tres miserables que te secuestraron –miró a la afligida chica a su lado, le tomó la mano como confort —Sofía, al final eres su hija y cuando se enteró que te secuestraron casi se vuelve loco de la irá, ahora lo importante es que lleguemos pronto a la casa de él y una vez ahí, podrán hablar mejor de todo.

—¿Él fue por mí? ¿Por qué no lo vi cuando entró Sebastián? ¿Por qué no se acercó a mí? –le preguntaba con lágrimas en los ojos la bella Sofía, mientras agarraba con fuerza el suéter blanco de Donatello.

—Él tenía miedo de cómo actuarías si de la nada él se acercara a ti para salvarte, era mejor que vieras a Sebastián antes de él.

Sofía se llenó de alegría en su corazón, porque siempre soñó con conocer a su verdadero padre y preguntarle ¿Por qué la abandonó? Pero esta vez, ese no era el caso, él no sabía nada de ella porque lo más posible era que Marta nunca le dijo nada, con una sonrisa le dijo a Donatello —A fin encontré a mi padre biológico Donatello, al fin lo encontré –la sonrisa de Sofía era encantadora.

—Sí, me alegro mucho por ti y por ese bebé en camino que tendrá dos abuelos.

—Sí –le sonrió felizmente a Donatello.

Jefe Cruel y su DamiselaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora