Sophie
No sé qué hago, estoy nerviosa, pero lo necesito hacer.
-Estáis aquí porque, Ms. Zeta os salvo. Ella ha secuestrado a su hermana con la ayuda de la hija de uno de los reyes, no sabemos cuál. La hija es bastarda, así que el rey le puso los cuernos a la reina.- La gente flipaba, como yo.
-Pero simplemente la guerra está en su fase final, lo que no saben es que Ella, la hija del rey y el poseedor de la magia oscura han creado un ejército de Skuggis que viene a por uno de vosotros. Uno de vosotros debe romper la profecía, por eso estáis aquí, para que la rompáis y no sólo uno, sino todos, al no saber quién es, debéis de apoyaros unos a los otros. También debemos de matar a uno de los tres, porque si no el ejército será mayor y mayor.- Suspiré, llené de aire los pulmones y terminé mi discurso.
-Kiara, Leo, sois los sobrinos de Ela- me miraron los dos y ya terminé el discurso.- Y yo soy la hija de Ella, me abandonó cuando era pequeña, pero eso no es todo. Estáis aquí porque sé que sabéis lo de DESTRUCCIÓN. Así que cuando sepa quién es os lo contaré.- Parecía que lo o la había invocado. Porque de repente un rayo morado y negro invadió la sala e iluminó la sala donde estaba el libro.
Me acerqué corriendo y el resto me seguía, vimos como iban apareciendo las letras.
La profecía
Cambian las lunas,
mueren estrellas,
pero al destino las personas
se aferran.
Todo cambia y la luz
se apaga.
En otro mundo la luz se enciende
pero el tiempo no sobra
aunque junto a la DESTRUCCIÓN muere.
Sophie
Tenía mis sospechas de quién era DESTRUCCIÓN, pero no podía decir nada, primero tenía que acabar con esa persona o por lo menos encontrarla. Había tres personas que son sospechosas y tenía muy claro una de ellas, solo me quedaba encontrarla y matarla
ESTÁS LEYENDO
EM Firmado, DESTRUCCIÓN
Novela JuvenilEM, escuela de magia. Un nombre muy original, ¿no? La EM, es un lugar de paz y calma en medio del caos, la guerra entre los reinos mágicos lleva años latente y los portales que conectan el mundo mágico con la tierra llevan muchos años cerrados, o...