2 DÍAS PARA EL DIA DEL ECLIPSE Y EL DIA DE LA BATALLA FINAL
Alex
Alexia estaba justo enfrente de mí, leyendo uno de sus libros de brujería mientras tenía los auriculares tan alto que si me ponía justo a su lado estaba cien por cien seguro de que podría escuchar la música.
Alexia me gustaba, eso era obvio, era preciosa y tenía personalidad pero sé que le gusta Jake aunque diga que lo odia y lo detesta.
Se puede decir que los que se pelean se desean, ¿no?
Y me rompía el corazón en mil pedazos porque sé que no es correspondido, pero prefiero ver cómo ella es feliz y si alguna vez me da una oportunidad la agradeceré.
Todo iba bien, yo estaba ocupando mi puesto de admirador secreto mientras escribía otra de las cartas para Alexia, cartas que nunca saldrán a la luz, pero esa es otra historia. En ese momento escuché un grito, Jake vino corriendo y no podía ni hablar, Alexia y yo nos miramos y salimos corriendo detrás de él. Llegamos a su habitación y Daniel estaba tirado en el suelo con el frasco de sangre en la mano, sus ojos estaban en blanco, su piel estaba más blanda de lo normal y no tenía pulso.
-Se ha atragantado, cuando llegué a la habitación no pude hacer nada. Murió en mis brazos.- Jake susurró, ninguno de los dos dijo nada en respuesta a eso.
Hasta que vi una marca en el bote de sangre, la marca de Suna.
Ela le mató.
Avisamos a todos y se hizo el mismo procedimiento que cuando murió June, pero esta vez se hizo todo en silencio. Creo que todos nos íbamos mentalizando de que esto iba a pasar más veces, por lo que el dolor lo empezábamos a llevar por dentro y empezábamos a dejar de exteriorizar nuestros sentimientos, creo que todos creemos que hay suficiente dolor para poner más sobre la mesa.
Todos nos sentamos en la sala principal después de enterrar a Daniel, estábamos tomando un chocolate caliente en silencio, de vez en cuando podía ver como Lilith intentaba hablar pero al final acababa guardándolo. Todo iba bien, dentro de lo que cabe, hasta que Jake empezó a toser, tosía sin parar y todos nos acercamos.
-Creo que me han envenenado.- Dijo entre tos y tos mientras que se ponía rojo.
-Ela...- Alexia lo dijo demasiado alto y con demasiada rabia.Hadeon se acercó a la taza y vio que era sangre.
-¡Que alguien suba a por el antídoto, no seáis inútiles!- Lilith estaba muy nerviosa.
-No.- Jake consiguió vocalizar un poco.
-¿Qué? ¿Por qué?- Mike se agacho al lado de Jake y tenía una expresión indescifrable, creo que todos teníamos la misma.
-Si muero, moriré en condiciones, tengo que afrontarlo.- Jake iba parándose a la hora de hablar y su piel cambiaba de color, de rojo pasaba a morado.
Alexia se acercó, se agachó y le pegó una bofetada, después se levantó y salió corriendo de la habitación. Claramente, salí detrás de ella.
-Lex...- No me dejó hablar, se abrazó a mí y empezó a llorar.
-No quiero verlo morir.- Dijo susurrando escondiendo su cara en mi cuello.
-Nos quedamos aquí, pero sabes que él quiere que estés con el.- Le dije mientras le acariciaba la espalda.
-Y yo quiero que haga las cosas bien. Pero no va a pasar.- Notaba la rabia que sentía.
-¿Le quieres?- No pude evitarlo, necesitaba preguntarle eso.
-Sí.- Noté que afirmar eso en voz alta le rompía el alma.
-¿En qué sentido?- Cuando dije eso, Alexia se apartó y se sentó en las escaleras.
-Creía que me gustaba, pero me equivocaba.- No debería de haber sentido tanto alivio al escuchar esas palabras.- Pero lo que sentía por él era más que amor, el es mi hermano perdido al que amo y odio con toda mi alma, aunque quiera matarlo antes de que muera, le quiero y ahora mismo siento tanta rabia porque creo que no se lo he demostrado nunca.- Alexia se iba rompiendo con cada palabra. Y lo único que quería era abrazarla y decirle que aunque siente que ahora mismo nada está bien, todo va a estarlo.
Y cuando creía que Lex no se podía romper más, Jake estaba en el umbral de la puerta.
-Tú también eres la hermana que nunca tuve, yo también te amo Alexia.- Jake consiguió decir eso entre toses y respiraciones entrecortadas, los ojos de Alexia estaban cada vez más y más rojos Alexia corrió a abrazarlo y llegó justo antes de que Jake cayera al suelo.
Alexia le abrazó, le dio el último abrazo y ahí se rompió de verdad.
En un día tuvimos dos muertos y pasó lo mismo que con Jake, solo que esta vez todos nos fuimos a dormir. Estaba tirado en la cama simplemente reflexionando, pensando en si iba a morir pronto, en si iba a perder a alguno de mis amigos otra vez, en todo lo malo que podía pasar, simplemente era el miedo. Y como si fuera una película de terror una tormenta estalló, pero los rayos eran púrpuras, algo se avecinaba.
Desearía poder parar mis pensamientos, tener una distracción de verdad y en ese momento Alexia llamó a la puerta.
-Lo siento por molestar. ¿Puedo pasar?- Me sequé las lágrimas y asentí.
-¿Tampoco puedes dormir?- Sentir la voz débil de Alexia me hacía más daño de lo que creía.
-No, es imposible dormir ahora.- Me senté en la cama y Alexia se acercó y se acurruco a mi lado.
-¿Quieres hablar de lo que ha pasado?- Lex me pregunto mientras le abrazaba.
-No. ¿Y tú?- Simplemente quería quedarme en silencio y abrazarla.
-Tampoco.- Alexia me agarró la mano y sentí demasiadas cosas con un simple gesto.
-¿Me puedo quedar aquí esta noche?- Lex estaba sollozando otra vez. Alzó la mirada y me moví un poco para mirarla a los ojos.
-Por supuesto, quédate. Quédate hoy, mañana y todas las noches que quieras.- Le limpié las lágrimas y conseguí sacarle una sonrisa. Y con eso me hizo olvidar todos los miedos.
En ese momento solo pensé en besarla, pero ella me abrazó y se volvió a tumbar.
Y ahí me di cuenta que solo tenía que luchar en la batalla final por ella, por Jake, por Daniel y por June, pero sobre todo porque no quiero ver como Alexia tiene que sufrir otra vez y que yo no pueda estar ahí para ayudarla mataría mi alma.

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EM Firmado, DESTRUCCIÓN
Novela JuvenilEM, escuela de magia. Un nombre muy original, ¿no? La EM, es un lugar de paz y calma en medio del caos, la guerra entre los reinos mágicos lleva años latente y los portales que conectan el mundo mágico con la tierra llevan muchos años cerrados, o...