Después de que Magnum dejara a su bella mujer durmiendo, se acercó a sus subordinados para darles algunas indicaciones y una de ella era que cuidaran a su esposa Isabel, sin más, dejó la villa bien asegurada por cualquier situación.
Salió de la enorme villa en compañía de su mano derecha Darío, los dos se dirigían a las mazmorras que tenía en una cuadra a 200 metros de la villa principal, era un lugar perfecto para Magnum, uno donde se olvidaba por completo que era un ser humano, hasta olvidar que era una buena persona. El transcurso fue corto, cuando llegaron se escuchaba los gritos de furia de Maximiliano.
—Malditas escorias humanas ¡Suéltenme! Quiero ver al bastardo de su jefe, tráiganmelo, díganle que dé la cara ¡Maldito bastardos!
—Jajajaja, quién iba a pensar que al fin te iba a tener aquí frente a mí –dijo con una mirada llena de odio Magnum hacia Maximiliano —¿Dime qué se siente? –hizo una pausa metiendo sus manos en el pantalón negro y acercándose a él —¿Que se siente ser una rata enjaulada? Hoy te pasaste de la raya Maximiliano, ibas a violar a mi mujer, eres un infeliz, eso no te lo voy a perdonar, te voy a hacer sufrir como no tienes idea, hoy me vas a conocer y te arrepentirás de haberte cruzado en mi camino –lo miró fijamente para decirle —Maximiliano Clements o debo decir Maximiliano Donovan,
Los ojos verdes de Maximiliano se abrieron con duda por las palabras de Magnum —¿Qué dices? ¿Cómo? Maldito ¿Qué demonios estás diciendo?
—¿Qué? ¿No lo sabías? Jajajaja ¿Qué pensaste? Que no conocía tus secretos, que no me iba a enterar que eres familia de mi mujer, maldito desgraciado, ibas a violar a tú propia hermana, primero, mataste a su hermano Alexander, simplemente por los celos de ser un hijo ilegítimo de la familia Donovan, porque tú madre fue una simple tonta que se metió en la cama de otro hombre, ahora le ibas hacer daño a ella, a tú propia sangre, eres un maldito bastardo.
—Cállate infeliz, no sabes nada.
—¿Qué no sé? ¿Dímelo? Acaso piensas que no sé qué eres mi medio hermano, que eres el hijo bastardo de mi padre y de la tía de Isabel pero tú y yo no somos nada, porque al final esa es la verdad que te quisiste meter en la cabeza –hizo otra pausa, ahora su mirada era de un demonio sin corazón —Tú y yo no somos hermanos, yo se toda la historia pero lo cierto es que si eres familia de Isabel, eres su hermano, mi padre se hizo cargo de ti por amor a la señora Marta, ella lo amaba, se amaban pero ese bebé no era de él, tú, maldito desgraciado eres hijo del padre de Isabel –el rostro de Magnum estaba arrugado por toda la ira del momento, porque simplemente no podía entender como un hombre podría tan siquiera pensar en violar a una mujer indefensa —Tú e Isabel son hermanos, ibas hacerle daño a tú propia hermana ¿Qué clase de hombre eres tú? Eres un desgraciado y hoy se acaba todo, hoy te voy a matar para que no le hagas más daño a ella, nunca más.
—¡Espera! –gritó sin más Maximiliano —Espera... Yo no puedo ser su hermano, eso es imposible, ella no puede ser mi hermana.
—Claro que lo es, yo tengo las pruebas de ADN ¿Acaso pensaste que mi padre no me dejaría todo eso? ¿Por qué crees que llevo más de cinco años protegiendo la verdad de todos ellos? ¿Por qué crees que el padre de Isabel, el señor Frank me pidió que me casara con ella? Porque no quiere que se entere de su amorío con la hermana de su esposa, él no quiere que su querida hija sepa la verdad –Magnum hizo una pausa y se acercó un poco más a él —Y hoy le pongo fin a esto Maximiliano, hoy decido por tú vida.
—¡No! Espera, yo no puedo morir, solo dame otra oportunidad, te juro que me iré lo más lejos, te lo juro por la memoria de mi madre.
—No me hagas reír maldito bastardo ¿Qué te hace pensar que pidiendo por tu vida cambiaré de opinión? Veamos, después de estar detrás mío por muchos años ¿Por qué tendría que perdonarte la vida? Además, le ibas hacer daño a la única mujer que amo en este mundo y créeme, eso jamás te lo voy a perdonar Maximiliano.
ESTÁS LEYENDO
El Hombre del Dragón, un amor extraño
RomanceAquella noche de lluvia solo podía recordar ese magnifico dragón en la espalda de ese sexy y exquisito hombre ¡Demonios! Me dije en mi inconsciente ¿Cómo puede existir un hombre como el en este mundo? Moria por saber ¿Quién era? Pero a veces la curi...