Capítulo 42. Nacimiento, boda y un final.

433 6 2
                                    

Para Isabel fue una sorpresa lo que le estaba proponiendo Magnum, sus ojos estaban acuosos de la felicidad —¿Estás seguro de esto? No crees que es muy precipitado, además, acabas de despertar, creo que debes descansar más.

—Claro que estoy seguro, es la mejor forma de expresar el amor que siento por ti, está decidido, apenas des a luz a nuestra hija Esperanza Dragon, nos casaremos y seremos una familia completa.

—¿Qué? ¿Ya le pusiste nombre? –Isabel sonrió cálidamente, esta escena era la más hermosa para ella, durante esos meses que él estaba en coma soñaba con hablar con él como lo estaba haciendo ahora, su sonrisa era muy encantadora, sobre todo después de saber que le había colocado nombre a su hija —Lo has pensado todo mientras estabas bien dormido.

—Sí cariño, creo que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que he podido estar con mi familia, todos juntos, ya no quiero seguir arrepintiéndome toda la vida por no hacer las cosas como debía hacerlas, no estuve cuando mis primeros hijos nacieron, no quiero perderme el nacimiento de mi hija, por eso quiero estar toda la vida junto a la mujer que amo de verdad.

Antes de que Isabel respondiera a las hermosas palabras de Magnum, entraron corriendo Amalia y Derek.

—Papito, papito –gritó Amalia llorando de alegría.

—Papá, papá... Estás despierto, al fin despertaste –dijo un animado Derek.

—Vengan aquí hijos míos –abrió sus brazos para recibir a sus hijos —Los extrañé mucho, ven aquí mi princesita, estás más hermosa que nunca y tú estás tan guapo que nunca, te pareces tanto a mí.

En la habitación, el cariño y el amor abundó mucho, Teodoro entró y abrazo a Magnum, Raquel que estaba con ellos también lo saludo.

Cuando Magnum miró a Raquel, sonrió como zorro astuto y pícaramente le dijo —Raquel, estas algo rara ¿Comiste mucho?

—Pero ¿Qué dice el señor Magnum? –se sonrojó apenada Raquel —Estoy embarazada.

La sonrisa de Magnum era empalagosa, alegrando a todos el corazón—¿En serio? Pensé que era comida –dijo jocosamente —Solo es broma, sé que estás embarazada, estoy realmente feliz por ustedes dos, estoy feliz de que voy a hacer tío, ven aquí Darío, eres un picaron, te lo tenías bien escondido.

—Jajaja que dices hermano, me da vergüenza, ya suéltame...

—Teodoro ¿Tú cuándo?

Teodoro sonó la garganta con un toque de vergüenza, su rostro se sonrojo, pero le dijo lo que pasaba con él y Susana —Estoy saliendo con la doctora Susana hace unos meses, así que espero ver qué sucede con nosotros.

—Fantástico, entonces ya que estamos todos reunidos quiero darles las nuevas, mi hija se llamará Esperanza Dragon y después que nazca, Isabel y yo nos casaremos –todos se abrazaban y felicitaban a la nueva pareja, sobre todo, porque la bebé ya tenía un nombre, todo ya estaba volviendo a cómo debería ser.

Pasó un mes en un abrir y cerrar de ojos, Isabel estaba en la cama descansando con las piernas en alto, era temprano, Magnum se recuperó de buena forma pero a veces tenía que ir al neurólogo porque en ocasiones tenía fuertes dolores en la cabeza debido al gran golpe, mientras Magnum se alistaba para irse a la empresa a seguir trabajando, le dijo a su esposa —Cariño, debo ir a unas reuniones a la empresa, después vendré por ti, si pasa algo debes avisarme, ya estás en tú noveno mes y según la ginecóloga dentro de cuatro días estarás dando a luz pero puede ser que se adelante todo.

—Sí mi amor, no te preocupes yo te llamaré por si pasa algo, anda vete, si no llegaras tarde.

—Está bien, te amo mi pequeña flor radiante –se acercó a la abultada panza de Isabel —Adiós querida Esperanza, papito tiene que ir a trabajar, pero cuando regrese te voy a mimar mucho –Magnum salió de la casa, le dio un beso en los labios a su esposa, pasó al cuarto de los niños y los besó a cada uno ya que estaban dormidos.

El Hombre del Dragón, un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora