Capítulo 14. La Alianza, ¿Nos Conocemos?

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Después de llegar al aeropuerto, Isabel en compañía de sus dos hijos, de la nana Lilia y Antuan, se dirigieron a una de las villas más ricas de Chile en Ciudad H, la villa contaba con tres pisos, con una arquitectura hermosa, iba de lo antiguo a lo elegante y minimalista, era un área privada de Antuan.

Isabel miraba el lugar y le dijo a Antuan —Pienso que podremos quedarnos aquí hasta poder volver a mi antigua casa.

—Cariño, esta casa la he comprado para ustedes tres y bueno mi nana, así que no te preocupes en regresar ¿Está bien?

—Gracias Antuan, pero no sé cómo pagarte todos estos años de ayuda que me has entregado, la verdad es que te lo agradezco y mucho.

—Venga, no me agradezcas nada, mejor vayamos a cenar juntos, aquí en Valparaíso hay un restaurante hermoso, sé que te va a encantar.

—Gracias por la oferta Antuan, pero mejor otro día, acabamos de llegar y debo arreglar lo del colegio de los niños y varias cosas más, además, mañana debemos presentarnos en la empresa y trabajar, deberías volver a la casa y descansar un poco, mañana pasa por mí para que nos vayamos juntos ¿Te parece?

—Está bien, como desees Isabel, despídeme de los niños.

—Lo haré, buenas noches Antuan, descansa.

Después de que Antuan se fuera, Isabel se puso a ver un poco más la casa, esta era súper hermosa y espaciosa —Creo que mañana iré a ver mi casa, quizás pueda regresar sin que nadie se dé cuenta –dijo ella con un sonrisa al mirar la casa espaciosa, la verdad es que desde que ella llegó al país, sus nervios se dispararon, ella solo pensaba en poder verlo —No sé si logre reconocerme, he madurado mucho –decía ella mientras subía por las escaleras hasta llegar a su habitación, la misma era grande y espaciosa con una cama hermosa, ella sabía que todo estos detalles eran por el amor que le tiene Antuan, se acercó al balcón de la habitación, la noche era brillante y hermosa, respiró hondo y sintió que volvía a respirar el mismo aire del pasado.

Durante esos cuatro años Isabel dejó atrás a la chica pequeña, ahora era toda una mujer, su aspecto era encantador y maduro, sus voluptuosos pechos eran llamativos a la vista, su cintura esbelta, sus piernas largas y bien formadas, su trasero grande y redondo, ella después del embarazo pensó que dañaría su cuerpo, pero fue todo lo contrario, su aspecto mejoró de una simple adolescente a una encantadora mujer madura.

Isabel volvió a mirar hacia el cielo estrellado, la luna estaba en cuarto menguante rodeada por las nubes haciendo que la luna fuera misteriosa y hermosa, como la mujer que la miraba, sus ojos irradiaban empoderamiento y frialdad, nada que ver con la mujer amorosa que se veía con sus dos pequeños retoños —Solo he venido a vengarme y hacerte pagar todo el daño que me hiciste Magnum Di Angelo Dragon, aunque eso me cueste la vida... Juré ante mis hijos que no te perdonaría –dijo una hermosa mujer con ojos color avellanas fríos y llenos de valor.

A la mañana siguiente, Isabel se levantó temprano, todavía los niños estaban descansando, le avisó a la nana que saldría hacer unos mandados, se vistió de forma informal con un pantalón largo holgado y una sudadera de color gris, su cabello como el cobre brillante estaba recogido en un moño muy simpático, haciendo que su rostro fuera perfecto y delicado, ella salió de la villa y tomó el automóvil que le había dejado Antuan.

El viaje fue de una hora, ya que la villa de Antuan estaba lejos de su antigua casa, al acercarse visualizó un carro familiar, afuera había un total de siete guardaespaldas, Isabel se estacionó lejos de su casa, pero aun así podía ver todo, preguntándose —¿Por qué hay tanta gente en mi propiedad?

Antes de bajar del automóvil, visualizó una figura familiar salir de la casa, ella se quedó helada por la impresión, bajó del automóvil casi corriendo y se escondió detrás de un basurero cerca de su automóvil —¡Dios que susto! –dijo al verlo, mientras miraba se volvió a preguntar —¿Por qué estaría en mi casa a estas horas? –su corazón empezó a latir con fuerza, le dolía mucho, esos latidos iban en aumento al no poder creer que él estuviera hoy en su propiedad.

El Hombre del Dragón, un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora