Capítulo 28. Otra vez aquí amor

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—¿Qué charla está pendiente? ¿Está loco o qué demonios le pasa? ¿Qué se ha creído? Seguir jugando con mis sentimientos mientras él sigue enamorado de una tipa que se va a casar pronto ¡Ja! Ni de loca me vuelvo acostar con él.

—¿Qué tienes Liseika? Tienes una cara de maldecir a alguien en tú corazón.

—Jajajaja ¡Ay! Amiga me conoces muy bien –se abalanzó a Isabel para abrazarla con cariño.

—Oye, ya pedí permiso al señor Marcos, ahora bien ¡Cuéntame! ¿Qué fue lo qué pasó contigo durante estos cuatro años lejos de Chile? Dime ¿Te fuiste dónde tus padres?

—Calma que todo te lo contaré, primero ¿Quiero saber si te acuerdas de Magnum?

—Magnum, Magnum... ¡Ah! Sí claro el buen mozo de ojos azules.

—Sí él mismo –dijo Isabel con una sonrisa al pensar en él.

—Pero espera, ese no es Magnum Dragon, el que se va a casar ahora con la babosa esa de Paola Shers.

—Jajajaja por lo visto tampoco te gusta esa mujer y pues sí, es ese mismo.

—¡Tsk! Maldición que el mundo es de lo peor, ahora ¿Qué tiene que ver con la historia que me vas a contar?

—Pues ya sabrás, ahora debes saber que estuvimos juntos y nos separamos hace muchos años, pero lo que te contaré no puedes decírselo a nadie, prométeme que no se lo dirás a nadie.

—Sí te lo prometo, pero me asustas mujer.

Mientras Isabel y Liseika se ponían al día de todas las noticias buenas, malas y asombrosas de esos cuatro años separadas la una de la otra, estaba Magnum en su estudio pensando en Isabel, pensando que en este sitio ella curó sus heridas, eran tanto los recuerdos de un comienzo hermoso con ella, al final se sentía solo, no importaba la cantidad de dinero, bienes o poder que tenía, si ella no estaba con él a su lado nada tenía sentido.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el toque de la puerta y la voz de Marcos —¿Magnum estás despierto?

—¿Qué pasa, Marcos?

—¿Puedo entrar?

—Ya estás adentro, para que preguntas –dijo malhumorado Magnum.

Cuando Marcos vio la cara de Magnum se asombró de verlo abatido, decaído y desanimado pero lo que más le asombró fueron sus lágrimas en sus ojos —¿Magnum estabas llorando?

—Sí –dijo en tono de tristeza —¿Qué tiene? ¿Acaso tú nunca has llorado?

—Pues obvio que sí, sabes por quien lo he hecho, pero no vengo hablar de mí vengo hablar de ti y de Isabel.

Magnum al escuchar el nombre de ella se levantó del sillón para preguntarle a Marcos —¿Ya tienes noticias de ella tan rápido?

—Bueno noticias, noticias no tengo, pero tengo algo mejor que una noticia.

—Habla.

—Te acuerdas de Liseika la amiga de ella

—Sí, la morena ¿Qué tiene ella?

—Bueno, sabes que ella trabaja conmigo hace ya varios años y bueno desde entonces me he enamorado de ella, aunque a veces me cueste olvidar a Paola.

—¿Y qué tiene que ver eso conmigo e Isabel Marcos? –preguntó molesto e irritado Magnum.

—Hermano cálmate, déjame decirte las cosas para que entiendas todo y no te sorprendas mucho.

—Bien, sigue...

El Hombre del Dragón, un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora