Capítulo 16. ¿Apostamos? Veamos ¿Quién cae primero?

149 6 0
                                    

Al día siguiente Isabel se levantó con gran ánimo, con muchas ganas de trabajar, ya que hoy daba comienzo a la nueva unión, aunque fuese una venganza, Antuan fue claro con Isabel, de modo, que no podía dejar de lado sus funciones como profesional de la empresa, con esa mentalidad de la mañana, Isabel bajaba por las escaleras ya con su ropa de oficina, al bajar vio a sus dos hermosos bebes.

—Buenos días, amores míos ¿Cómo les fue ayer en su primer día?

—Mami, Mami... Buenos días –le dijo una alegre Amalia.

—Buenos días, madre, anoche llegaste tarde ¿Por qué? ¿Te pasó algo? –preguntó el regañón de Derek.

Una sonrisa se le dibujó en los labios al ver a sus dos pequeños mundos —Buenos días, Amalia –luego de saludar a la más pequeña, fijó sus ojos en su príncipe pequeño —No Derek, solo tenía trabajo que cumplir, venga, sigan desayunando para ir a dejarlos al colegio hoy.

—Sí mami...

—Sí madre...

Dijeron los dos mientras seguían desayunando.

—Señora Lilia, hoy pasaré a buscar a los niños al colegio en la salida, para que no se preocupen por ir hoy.

—¿Segura señorita Isabel?

—Sí, claro tranquila, quiero que descanse hoy, además, anoche me llegó un mensaje de Antuan diciéndome que ya está en Alemania y me pidió cuidarla mucho, así que debe descansar, ya no está en edad de andar de un lado a otro.

—Gracias señorita Isabel, pero soy una mujer fuerte, mayor pero fuerte y sana, todavía puedo ver a mis nietos crecer y convertirse en unos adultos saludables,

Isabel se acercó a ella para rodearla con sus brazos, para luego darle un beso en su blanca cabellera, Isabel le tenía mucho cariño a la señora Lilia, sobre todo porque ella estuvo presente durante su embarazo y nunca la abandonó —Gracias nuestra querida nana.

La soltó y les exhortó a los niños para irse —Niños vamos que ya se nos hace tarde, hoy los recojo yo a la salida.

—Yupi... Gracias mami –dijo como siempre la pequeña Amalia.

—¡Bien! –dice Derek algo desanimado.

—Derek ¿Pasa algo?

—No –baja la carita con algo de pena.

Isabel se agachó a su altura y le alzó la cabeza con cariño —Cariñito, dime ¿Qué pasa?

—Mamá, es solo que creo que estar en ese colegio no es para mí, todo lo que me enseñan son cosas que ya las sé.

—¿Quieres que te cambie a un colegio más alto de nivel educativo?

—No mami, no quiero que Derek me deje sola –gritó Amalia.

Isabel la miró, pero le dijo seriamente —Amalia, tú hermano tiene ideales distintos y si él desea superarse debes aceptarlo.

Ella solo refutó con un puchero en sus labios color cereza —Pero estaré sola, además, nadie me va a cuidar.

—Ya está bien Amalia, no me iré ¿Contenta? –respondió algo sulfurado Derek.

Isabel volvió a fijarse en el rostro molesto de su hijo, parecido al de su padre, ella suspiró y le dijo —Cariño, no debes siempre darle el gusto a tu hermana melliza, en la noche hablaré con ella para convencerla ¿Está bien mi principito? –le aseguró mientras le tocó con cariño su nariz.

—Claro mamá, gracias.

—Te súper amo hermano Derek –dijo Amalia quien abrazaba con amor a su hermano mayor.

El Hombre del Dragón, un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora