Capítulo 33. Derek desaparece.

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Con el miedo a su límite, Raquel sacó el móvil con las manos temblorosas, marcó el número de Darío y esperó que él contestara —Contesta por favor, contesta...

—Hola Raquelita, mi amor –dijo Darío animadamente.

—Darío por favor debes ayudarme, es urgente, debes llamar al señor Magnum –la voz de Raquel estaba llena de preocupación y temblorosa.

Darío que la escuchaba se dio cuenta de su anomalía, cosa que hizo que él se levantara del sillón —Raquel ¿Qué te pasa? Primero cálmate y explícame ¿Qué está pasando?

—Darío, el señor Dylan quiere llevarse a los niños a otro país sin el permiso de Isabel, debes ayudarlos, no podemos permitir que alejen a los niños de su madre –dijo Raquel a punto de llorar.

—Cálmate, ahora mismo le digo a Magnum sobre esta situación, por nada del mundo debes perder de vista a los niños, cuídalos con tú propia vida.

—Sí eso haré, no deben demorar, Dylan está planeando salir a las seis de la mañana, me pidieron que les colocara un somnífero para dormirlos.

—Tranquila que Isabel y Magnum no permitirán eso jamás, ahora busca un lugar seguro para los tres y me mandas la ubicación.

—Sí, está bien –Raquel cerró la llamada y se giró para decirle a Derek —Derek busca Amalia y convéncela de que duerma contigo hoy por favor.

—Sí, eso haré.

En la sala personal de Magnum

Magnum e Isabel estaban plácidamente dormidos sin saber la desgracia que pasaría en las siguientes horas, un toque fuerte y constante de la puerta hizo que Magnum abriera los ojos y se levantara para ver quien tocaba así —Quién demonios toca de esa forma tan desesperada.

—Mi amor ¿Qué pasa? –preguntó una somnolienta Isabel.

—No sé, iré a ver, sigue durmiendo.

—Está bien.

Magnum se levantó de la cama y agarró su celular para mirar la hora, eran las 3:20 a.m. y tenía un mensaje de un número desconocido, antes de pararse abrir la puerta, abrió el mensaje de WhatsApp.

—Hola, soy Derek tú hijo, mañana Dylan nos llevará de viaje, lo raro es que no le ha dicho a mi madre, sé que ella está contigo, pero no quiero irme porque te acabo de encontrar, así que mantén tu promesa de cuidarnos—

Después de leer el mensaje su mirada se volvió llena de preocupación —¿Qué está sucediendo? Cómo es posible que ese maldito bastardo se quiera llevar a mis hijos, lo voy a matar.

La puerta volvió a sonar, pero esta vez con más apuro y la voz llena de preocupación de Darío —Magnum, ábreme que es urgente.

Magnum abrió enseguida la puerta —¿Darío qué sucede?

—Magnum, debemos irnos a buscar a tus hijos, Raquel me acaba de llamar, Dylan tiene planeado llevarse a tus hijos sin el consentimiento de la señora Isabel.

—¿Qué dices? Maldita sea, tengo un mensaje de Derek que me estaba diciendo lo mismo, prepara al equipo saldré en dos minutos.

—Ya está todo preparado, la situación es complicada, ese bastardo de Dylan mandó a Raquel a ponerle un somnífero a los niños para llevarlos dormidos en el avión.

—Maldito, lo voy a matar –gritó furioso con un aura asesina en su cuerpo, el grito hizo que Isabel se levantara de la cama.

—Magnum ¿Qué está pasando?

—Señora Isabel, disculpe los gritos –dijo Darío.

—Hola Darío ¿Qué está pasando con mis hijos y Dylan?

El Hombre del Dragón, un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora