Capítulo 35. ¡Un Mes, una Tristeza y una Felicidad!

137 3 0
                                    

Antes de salir del hospital con Amalia, pasaron a ver a Raquel y verificar que todo estuviese bien con ella.

—Buenas noches, Darío ¿Qué te dijo el doctor? –preguntó Isabel.

—Que ya está fuera de peligro, que no demorara en despertar, el puñal no perforó ningún órgano vital por suerte.

—Eso es bueno, esperaremos hasta que despierte –dijo Isabel para luego mirar a Magnum —¿Magnum no hay problema?

—No mi amor, esperemos, además quiero darle las gracias por cuidar de mis hijos.

—Gracias –dijo Darío.

Los cuatro esperaron en la sala privada hasta que Raquel despertara, Darío estaba sentado a su lado sosteniendo la mano de ella de forma muy cariñosa, mientras que Amalia estaba en los brazos de Magnum durmiendo aferrada a su brazo.

—Cariño –llamó suavemente Isabel —¿Por qué no la acuestas en la cama de descanso? ¿No tienes el brazo dormido?

—No, déjala conmigo, me he perdido cuatro años de su vida y no quiero perder esa sensación de protección que ella necesita.

Isabel agachó la cabeza porque ella era la única culpable de que él se perdiera estos cuatro años lejos de sus hijos —Discúlpame por no decirte nada de ellos durante estos años, me arrepiento de no haberte buscado cuando debía hacerlo.

—Cariño debemos seguir sin remordimientos, ya lo pasado debe ser pasado; ahora debemos centrarnos en encontrar a Derek –le dijo mimosamente Magnum tomándole las manos.

—Está bien, tienes razón, ahora dime ¿Todavía no te ha contactado?

—Nada todavía, ya tengo al equipo especial Dragon y Lucifer buscando alguna señal del chip que me dejo nuestro hijo, mi equipo son los mejores mi amor... ¡Sé que lo encontraremos!

—¿Y Dylan?

—No hemos podido dar con él, en partes estoy esperando que Raquel despierte para saber si ella sabe algo.

—Lo quiero muerto Magnum –dijo decidida Isabel —Jamás le perdonaré que quisiera hacerles daño a mis hijos.

—Yo tampoco lo perdonaré querida.

Después de unas 2:00 horas esperando y mientras charlaban, Raquel despertó.

—Darío –llamó ella entre murmuro con la voz muy débil.

Darío le apretó las manos —Raquelita mi amor ¿Cómo te sientes?

—Como si algo grande me hubiera caído encima –en un segundo Raquel súper agitada se levantó como pudo de la cama, gritando como loca —Los niños ¿Dónde están los niños? –miró a Darío con los ojos vidriosos a punto de llorar —Debes buscarlos Darío, no permitas que Dylan los separe de Isabel.

—Calma Raquelita, debes calmarte que acabas de salir de una operación y tienes que guardar reposo primero.

—Pero... Pero los niños.

—Raquel –la llamó Isabel.

Raquel giró la cabeza para ver al otro lado de la cama a Isabel con Magnum —Isabel... Isabel yo lo siento –las lágrimas de Raquel salieron sin aviso, desconsolada le pedía disculpas a Isabel por no proteger bien a los niños.

Isabel se acercó a ella, le agarró la mano y le dijo muy dulcemente —No es tu culpa, además soy yo la que debe pedirte disculpas porque te pusiste en peligro por un descuido mío y sobre todo agradecerte de cuidar de mis hijos hasta el final.

—Isabel no logré reunirme con ellos, dime si están bien.

Las miradas entre Magnum y ella fueron muy complicadas, la voz de Magnum se escuchó en la sala —Raquel, quiero agradecerte de cuidar de mis hijos y poner tú vida en peligro, admiro mucho el valor por él mismo, mi hija Amalia está bien, ahora está en la cama durmiendo, pero Derek sigue desaparecido –confesó Magnum —Sé que te acabas de despertar, pero necesito saber todo sobre lo que Dylan quería hacer con los niños.

El Hombre del Dragón, un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora