En un enorme edificio la noche caía como una penumbra en una de las grandes oficinas, a oscuras estaba un hombre fumando un cigarrillo, mientras el humo le tapaba cada aspecto de su rostro, solo podía verse un par de ojos azules, era un azul cielo algo encantadores, pero a la vez algo peligrosos y fríos, el hombre seguía fumando hasta que la llamada de su móvil lo hizo sacarlo, este no habló, sólo escuchó.
—Señor, todo está preparado como usted lo ha pedido, solo debe estar en la intersección del semáforo, lo demás, debe ser realizado por la dama.
—¡Humph! –fue solo el único sonido nasal que salió de su boca.
Colgó la llamada y le dio otra calada a su cigarrillo, el hombre era encantador pero perverso.
A la mañana siguiente
Isabel se levantó muy temprano para dejar a sus hijos al colegio, esta vez decidió que ella misma manejaría el automóvil que le había dejado Antuan, no quería que pasara lo mismo de ayer y ella no tener un medio de transporte a la mano para moverse, en el transcurso dejó a sus dos pequeños en el colegio, después de ahí se dirigió a la compañía a trabajar porque ayer no logró hacer nada, hoy debía ponerse en sintonía con el trabajo de diseño e investigación de la nueva flota de automóviles para empresas Schneider Inc., su mente pensaba en que no quería defraudar a su jefe y amigo Antuan, sobre todo a él.
Después de asegurar la llegada de sus hijos en el colegio, se dispuso a conducir hacia la oficina, a metro y medio pasó por una intersección, justo más adelante había un semáforo, todavía estaba en verde, ella manejaba tranquilamente hasta que el móvil empezó a sonar, vio en el registro de identificador el nombre Antuan, lo fue agarrar pero se le resbaló al piso del puesto del copiloto, se agachó, eso solo fue casi una milésima de segundo y cuando volvió a mirar al frente había atropellado a una persona, el sonido de algo golpeando su automóvil le asustó tanto que frenó nerviosamente, se quitó el cinturón y abrió la puerta para salir apurada a ver a quien había atropellado, se llevó una gran impresión al ver a un hombre súper guapo con sangre en la frente, sin más tiempo buscó su móvil que se había caído y llamó a emergencia para que mandaran a una ambulancia, los transeúntes se paraban para mirar a la bella dama que estaba temblando nerviosamente.
—Hola, podría enviar una ambulancia a la intersección de calle Boulevard Estrella, atropellé a un joven y temo por su vida, está sangrando mucho.
—Cálmese señorita, la ambulancia llegará en unos veinte minutos.
—¿Qué? Veinte minutos es demasiado, quizás el hombre se me muera aquí –con ese pensamiento les dijo —Yo lo llevaré, adiós.
Isabel le pidió ayuda a un par de transeúntes que se quedaban mirando, así que, con la ayuda de dos hombres subieron al inconsciente hombre a su automóvil, le colocó el cinturón y salió rumbo al hospital más cercano.
Cuando llegó al hospital le pidió a un enfermero que estaba afuera en la entrada que la ayudara a sacar al misterioso hombre de su automóvil, así que, entre varios enfermeros sacaron al hombre que tenía todo el rostro con sangre, aunque su rostro se seguía manteniendo hermoso, aun cuando su aspecto estaba todo desaliñado con la sangre, el hombre no perdía sus encantos.
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El Hombre del Dragón, un amor extraño
RomanceAquella noche de lluvia solo podía recordar ese magnifico dragón en la espalda de ese sexy y exquisito hombre ¡Demonios! Me dije en mi inconsciente ¿Cómo puede existir un hombre como el en este mundo? Moria por saber ¿Quién era? Pero a veces la curi...